«Si esto no te asusta, debería.»
El CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, ha lanzado una escalofriante advertencia que ha sacudido tanto las esferas financieras como las políticas: “La Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado.” Hablando ante una audiencia en el Instituto de Finanzas Internacionales, la grave evaluación de Dimon sobre el panorama geopolítico resonó con un tono ominoso. Con el conflicto escalando en Ucrania, Israel y otros focos de tensión alrededor del mundo, Dimon declaró que estamos presenciando las primeras etapas de una guerra global extensa y de múltiples frentes.
Dimon no se anduvo con rodeos, señalando un “eje del mal” compuesto por Rusia, Irán, Corea del Norte y, en un grado matizado, China. Según el titán bancario, estos países no están esperando una fecha futura para desafiar el orden global, sino que están moviéndose activamente contra instituciones occidentales como la OTAN. “No están hablando de esperar 20 años,” advirtió Dimon. “Y así, el riesgo de esto es extraordinario si lees la historia.”
El discurso de Dimon estaba cargado de urgencia y escalofriantes escenarios hipotéticos. Entre sus predicciones más alarmantes estaba el espectro del chantaje nuclear. En sus palabras, el mundo nunca antes había enfrentado a un líder como el ruso Vladimir Putin, a quien describió como alguien que no teme utilizar la amenaza de armas nucleares si su ejército flaquea. “Si eso no te asusta, debería,” dijo Dimon de manera tajante, dejando una huella en aquellos que tal vez esperaban que el arsenal nuclear del mundo fuera un vestigio de conflictos pasados.
Este inquietante discurso no fue solo una advertencia a los gobiernos, sino una admonición a EE. UU. para que “mantenga la alerta y no sea ingenuo.” Dimon argumentó que los líderes estadounidenses no pueden permitirse quedarse de brazos cruzados mientras “los eventos se desarrollan,” como si la estabilidad global fuera inevitable. “Tenemos que asegurarnos de que estamos involucrados en hacer las cosas correctas para resolverlo adecuadamente,” afirmó. En otras palabras, Dimon ve un papel para EE. UU. que va más allá de la diplomacia—uno que implica una intervención clara para evitar lo que él describe como “escenarios que te impactarían.”
Sin embargo, Dimon no estaba solo en su visión ominosa. El ex presidente Donald Trump expresó una profecía similar, etiquetando las tensiones actuales como “muy cerca de una catástrofe global.” La postura de Trump no fue solo una crítica política, sino un reflejo visceral de su mantra de política exterior: paz a través del poder. El ex presidente enfatizó que su administración había impuesto sanciones paralizantes a Irán, manteniendo bajo control la influencia de la nación. “Pero desde entonces,” lamentó Trump, “Irán ha estado exportando terror por todo el mundo, y todo se ha estado desmoronando.”
El experto en ciencias políticas Paul Beck de la Universidad Estatal de Ohio también opinó, admitiendo que puede haber mérito en la teoría de que estamos en el acto inicial de la Tercera Guerra Mundial. “Quizás sea el comienzo de la Tercera Guerra Mundial,” admitió Beck, aunque se detuvo antes de estar completamente de acuerdo con Dimon. Su cautela refleja una profunda inquietud, insinuando que, aunque quizás aún no estemos en una guerra global total, podríamos estar peligrosamente cerca.
Agregando combustible a la ansiedad, Dimon entregó una evaluación contundente de la proliferación nuclear como el “mayor riesgo que enfrenta la humanidad.” El cambio climático, argumentó, palidece en comparación con el horror de ciudades enteras borradas en un instante. “Es solo cuestión de tiempo antes de que estas cosas sucedan en ciudades importantes alrededor del mundo,” advirtió Dimon, en un tono que dejaba poco espacio para el debate.
En el mundo cada vez más inestable de hoy, donde los líderes políticos emiten advertencias graves, nos queda preguntarnos: ¿es este el ominoso comienzo de algo catastrófico, o simplemente un llamado a la vigilancia cautelosa? Para Dimon, la respuesta parece clara: hemos pasado el punto de predecir el peligro—ya está aquí.
*Las fuentes de este artículo incluyen: Newsweek, Instituto de Finanzas Internacionales