Altos funcionarios del Pentágono emiten una escalofriante advertencia de que Estados Unidos podría potencialmente entrar en guerra con China o Rusia en cualquier momento. El Secretario de la Fuerza Aérea de EE. UU., Frank Kendell, enfatizó la urgente necesidad de estar preparados y declaró que «podríamos tener que luchar». El almirante Samuel Paparo, quien comanda las fuerzas estadounidenses en la región Indo-Pacífico, destacó además las crecientes actividades militares de China como una indicación de su disposición para el conflicto.
China ha estado amenazando con forzar a Taiwán a estar bajo su influencia, a pesar del deseo de la nación isleña de mantener su independencia. Los funcionarios chinos también han estado afirmando el control sobre el Mar de China Meridional, invadiendo territorios reclamados por países vecinos como India, Filipinas, Vietnam, Indonesia y Malasia. Mientras tanto, el presidente ruso Vladimir Putin continúa con sus tendencias expansionistas con la agresión en curso en Ucrania.
La posible escalada entre estas superpotencias ha generado preocupaciones sobre un posible intercambio nuclear. La amenaza de guerra nuclear ha resurgido en formas incluso más peligrosas que antes. Tanto China como Rusia poseen capacidades nucleares que representan un riesgo significativo para la seguridad global.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, actualmente hay más de 12,500 armas nucleares en todo el mundo, siendo la mayoría de ellas poseídas por Estados Unidos y Rusia. También se cree que China posee cientos de armas nucleares. La posibilidad de vivir y servir bajo una constante amenaza nuclear es ahora una realidad que debe ser confrontada.
El mundo está al borde de una catástrofe inimaginable. Es imperativo que las naciones tomen medidas inmediatas para prevenir este resultado desastroso. El tiempo de la complacencia ha terminado; debemos abordar esta crisis inminente con la máxima urgencia.