En un impactante presunto crimen de guerra, nueve pilotos de drones ucranianos fueron ejecutados por fuerzas rusas después de ser supuestamente obligados a desnudarse hasta quedar en ropa interior. El perturbador incidente supuestamente tuvo lugar en la región de Kursk, en Rusia, donde los pilotos, rodeados y desarmados, se habían rendido. Las fotos muestran los cuerpos apilados junto a su ropa, exponiendo la horripilante brutalidad que la 1ª Brigada de Tanques Separada de Ucrania afirma que es una táctica rusa deliberada para desmoralizar a las fuerzas ucranianas.
La atrocidad ha provocado una indignación global, con el Comisionado Parlamentario de Ucrania para los Derechos Humanos, Dmytro Lubinets, condenando el acto como una grave violación de la Convención de Ginebra. Lubinets contactó inmediatamente a las Naciones Unidas y a la Cruz Roja, exigiendo responsabilidad por lo que él llama “asesinato flagrante de soldados rendidos”.
Rusia, acusada de ejecutar rutinariamente a prisioneros ucranianos, ahora está bajo un mayor escrutinio a medida que crecen las demandas de una rápida acción internacional. La supuesta masacre marca otro oscuro capítulo en una guerra que ya ha visto innumerables actos de violencia contra combatientes y civiles por igual.