¿Tienes dificultades para dormir bien por la noche? Resulta que ciertos hábitos antes de acostarse pueden obstaculizar tu descanso y hacer que sea aún más difícil despertarse por la mañana. Para asegurar un sueño reparador y rejuvenecedor, es importante evitar estas actividades perjudiciales.
Según expertos entrevistados por Well+Good, hay comportamientos específicos que deben evitarse justo antes de ir a la cama. Aunque estos hábitos pueden parecer inofensivos, pueden tener un impacto significativo en la calidad de tu sueño. Profundicemos en lo que estos expertos tienen que decir.
Uno de los errores más comunes que cometen las personas es participar en una conversación estresante poco antes de acostarse. Daniel Gartenberg, un científico del sueño, explica que discutir temas intensos o emocionales dentro de una o dos horas antes de ir a la cama significa que probablemente permanecerán en tu mente durante un tiempo. Esto puede elevar los niveles de estrés y evitar que te relajes completamente y te prepares para dormir.
Otro hábito que puede interrumpir tu sueño es pasar tiempo en entornos iluminados brillantemente cerca de la hora de dormir. La neuróloga Meredith Broderick aconseja atenuar las luces alrededor de tres horas antes de acostarse para mejorar la secreción de melatonina, una hormona que regula los ciclos de sueño-vigilia. La exposición a luces brillantes puede suprimir la producción de melatonina e interferir con el ritmo circadiano natural de tu cuerpo.
Además de evitar conversaciones estimulantes y luces brillantes, es crucial mantenerse alejado de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras portátiles antes de dormir. La luz azul emitida por estos dispositivos puede suprimir la producción de melatonina e inhibir el inicio del sueño. En su lugar, opta por actividades relajantes como leer un libro o practicar técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación.
Crear un ambiente relajante en tu dormitorio también es esencial para promover un mejor sueño. Considera invertir en cortinas opacas o una máscara para los ojos para bloquear cualquier fuente de luz externa que pueda perturbar tu descanso. Además, mantener una temperatura fresca y cómoda, usar un colchón y una almohada que brinden soporte, y reducir el ruido pueden contribuir a una experiencia de sueño más reparadora.
Además, establecer una rutina de sueño consistente puede enviar señales a tu cuerpo de que es hora de relajarse y prepararse para dormir. Esto puede incluir actividades como tomar un baño caliente, escuchar música suave o practicar estiramientos suaves. Al seguir una rutina regular, tu cerebro asociará estas acciones con el sueño y comenzará a relajarse en consecuencia.
Es importante tener en cuenta que las necesidades de sueño de cada persona pueden variar. Si bien la mayoría de los adultos requieren alrededor de 7-8 horas de sueño por noche, algunas personas pueden funcionar de manera óptima con un poco más o menos. Es crucial escuchar a tu cuerpo y priorizar obtener suficiente sueño reparador para mantener la salud y el bienestar en general.
En conclusión, asegurar una buena noche de sueño implica evitar ciertos hábitos antes de acostarse que pueden interrumpir la calidad de tu descanso. Los expertos recomiendan abstenerse de participar en conversaciones estresantes, minimizar la exposición a luces brillantes y evitar dispositivos electrónicos que emitan luz azul. Crear un ambiente de sueño tranquilo y cómodo, establecer una rutina de sueño consistente y priorizar un descanso adecuado son esenciales para optimizar tu experiencia de sueño.
Recuerda, adoptar hábitos de sueño saludables es clave para despertarte renovado y listo para enfrentar el día que tienes por delante. Así que asegúrate de priorizar tu higiene del sueño y evitar estos comportamientos perjudiciales para un mejor bienestar general.