Rafael Nadal sorprendió al mundo del tenis esta semana con el anuncio de que jugará su último partido profesional en la Copa Davis en Málaga el próximo mes. La noticia ha dejado a los aficionados y a exjugadores atónitos, incluido Ivan Ljubicic, exentrenador de Roger Federer, quien admitió que no se lo esperaba. A pesar de sus problemas con lesiones recurrentes en los últimos dos años, muchos esperaban que Nadal pudiera desafiar al tiempo y regresar a su antigua gloria.
Los intentos de regreso de Nadal esta temporada fueron efímeros; tras una breve aparición durante la temporada de tierra batida, sus lesiones lo retuvieron, obligándolo a perderse el US Open y la Copa Laver. Su último partido oficial fue en los Juegos Olímpicos de París, donde él y Carlos Alcaraz llegaron a los cuartos de final. Ahora, la leyenda española ha confirmado su última actuación en la Copa Davis, donde aportará años de experiencia al equipo de España—un evento que ha ganado cinco veces a lo largo de su ilustre carrera.
Actualmente en Riad para el Six Kings Slam, Nadal se enfrentará nuevamente a Alcaraz en un partido de exhibición por un lugar en la final, su primera aparición desde agosto. Aunque no es un evento de clasificación, el Kings Slam ofrece recompensas sustanciales, con cada jugador llevándose al menos 1.5 millones de dólares y el ganador embolsando 6 millones. Para Nadal, sin embargo, el premio es solo un espectáculo secundario; está decidido a salir en sus propios términos, con un legado indeleble grabado en la historia del tenis.