La NHL ha provocado indignación tras permitir que el capitán de los New York Rangers, Jacob Trouba, evite la suspensión después de su devastador golpe al defensa de los Montreal Canadiens, Justin Barron. La colisión, que tuvo lugar durante la dominante victoria de los Rangers por 7-2, hizo que Barron cayera al hielo, obligándolo a salir del juego en un estado aturdido.
Trouba, conocido por sus golpes que sacuden los huesos, entregó el impacto a finales del tercer período, sorprendiendo a Barron mientras patinaba con la cabeza agachada. El impacto fue brutal, provocando una respuesta inmediata de su compañero de equipo, Mike Matheson, quien confrontó a Trouba en el hielo. A pesar de la gravedad del golpe, no se sancionó ninguna penalización, dejando a muchos preguntándose si los árbitros pasaron por alto una jugada peligrosa.
Después del partido, el entrenador de los Canadiens, Martin St. Louis, no se contuvo y cuestionó si la cabeza de Barron fue el punto de contacto principal. Los aficionados y analistas debatieron si el golpe de Trouba fue otro caso de su controvertido estilo de juego cruzando la línea. Trouba, que tiene un historial de golpes cuestionables, se encontró en aguas familiares, pero esta vez, se va sin lesiones.
La decisión de la NHL de no suspender ni multar a Trouba solo ha alimentado la controversia. Los críticos argumentan que dejar a Trouba en libertad envía el mensaje equivocado, mientras que los partidarios afirman que Barron simplemente fue atrapado en una jugada difícil pero limpia. Una cosa es clara: este golpe ha dejado una impresión duradera tanto en los Canadiens como en el mundo del hockey.
Mientras el debate continúa, el golpe de Trouba sigue siendo uno de los momentos más comentados de la temporada de la NHL hasta ahora.