Los Minnesota Vikings quedaron furiosos tras una falta de máscara que no fue sancionada contra los Los Angeles Rams, lo que negó al mariscal de campo Sam Darnold la oportunidad de realizar una jugada para empatar el partido en el Thursday Night Football. Los Vikings entraron al cuarto cuarto perdiendo por solo un punto, decididos a hacer una remontada después de una ajustada derrota ante los Detroit Lions. Sin embargo, una llamada tardía que no se hizo puede haber sellado su destino.
Con poco menos de dos minutos restantes en el juego, Darnold y la ofensiva de los Vikings salieron al campo para un último empujón. En la segunda oportunidad, el linebacker de los Rams, Byron Young, rompió dos tacleadas para derribar a Darnold en el backfield. Mientras intentaba escapar, la mano de Young agarró visiblemente la máscara de Darnold, arrastrándolo hacia el suelo. Darnold, claramente frustrado, inmediatamente hizo señas a los oficiales, pero no se lanzó ninguna bandera.
Incluso los comentaristas que revisaron la repetición notaron que era una clara falta de máscara que debería haber otorgado a los Vikings 15 yardas cruciales. Sin embargo, debido a que el oficial de repetición no inició una revisión, Minnesota se quedó sin recursos. En lugar de un nuevo conjunto de intentos y una posición de campo favorable, los Vikings concedieron un safety, dando a los Rams una ventaja de 10 puntos.
En los momentos finales del juego, Matthew Stafford y los Rams tomaron el control, permitiendo que Stafford se arrodillara para consumir el tiempo y asegurar la victoria. La llamada que no se hizo provocó un alboroto en las redes sociales, con aficionados y analistas criticando la falta de atención de los árbitros, preguntándose qué podría haber sido si los Vikings hubieran recibido las yardas por la falta. Con Darnold liderando una jugada con Justin Jefferson y la potente ofensiva de los Vikings, un touchdown y una conversión de dos puntos podrían haber llevado el juego a tiempo extra.
La falta de llamada ha dejado a los Vikings y a sus aficionados frustrados por la oportunidad perdida. Aunque el rendimiento de Minnesota mostró resiliencia, el error arbitral ha eclipsado lo que podría haber sido un final emocionante, reavivando los debates sobre la responsabilidad y la consistencia en la arbitraje de la NFL.