En un juego que solo se puede describir como una pesadilla para los LA Lakers, el regreso de LeBron James a Cleveland terminó en una brutal derrota de 134-110 en el Rocket Mortgage Fieldhouse. Los Cavaliers tomaron el control desde los primeros minutos, enterrando a los púrpura y oro bajo una avalancha temprana de puntos que los Lakers nunca tuvieron la oportunidad de superar. Esta aplastante derrota unidireccional dejó el récord de los Lakers en 3-2, lo que generó preocupaciones tanto en el marcador como en los informes de salud del equipo.
Ya lidiando con una plantilla golpeada, los Lakers vieron cómo la lista de lesiones creció aún más con el último golpe: Anthony Davis. Su inclusión en un informe de lesiones que ya es preocupante tiene a los Lakers preparándose para su próximo enfrentamiento contra Toronto el sábado. Con la salud de AD ahora en duda, los Lakers enfrentan un camino desalentador por delante.
Un recuerdo distante de lo que los aficionados esperaban que fuera un juego competitivo, el regreso de LeBron a Cleveland lo vio, en cambio, observando impotente cómo su antiguo público animaba a un equipo de los Cavaliers implacable. Mientras los Lakers buscan reagruparse, tendrán que abordar no solo ajustes tácticos, sino también la preocupante cuestión de una plantilla que está luchando por mantenerse intacta tan temprano en la temporada.