Después de una sorprendente derrota 123-116 ante los Lakers, Kevin Durant no se guardó nada sobre lo que le costó a los Phoenix Suns. Liderando por hasta 22 puntos, los Suns dejaron que el juego se les escapara, y Durant fue rápido en señalar dos problemas clave: faltas y pérdidas de balón. “En el segundo y tercer (cuarto), simplemente les devolvimos el impulso,” dijo Durant después del partido. «Hicieron un buen trabajo llegando a la pintura, haciendo que el reloj se detuviera con tiros libres… Tenemos que hacer un mejor trabajo en no cometer faltas. Luego, perdimos el balón muchas veces en ese segundo cuarto. Les dimos impulso.»
Con las tres estrellas—Durant, Bradley Beal y Devin Booker—en la cancha, los Suns parecían estar listos para la victoria, pero las pérdidas y las faltas se convirtieron en su perdición. Los Lakers aprovecharon esos errores, ralentizando el ritmo de Phoenix y regresando al juego con viajes consistentes a la línea. Este tropiezo al inicio de la temporada podría señalar problemas que los Suns necesitarán abordar si esperan competir en la Conferencia Oeste.
El nuevo entrenador en jefe Mike Budenholzer sabe que estos errores son corregibles, siendo la disciplina en la pintura y lecturas más inteligentes en el manejo del balón esenciales para el éxito de Phoenix. Los Lakers encontraron maneras de apresurar las decisiones de Phoenix, un área que Budenholzer sin duda apuntará para mejorar. La llamada de atención de Durant es un recordatorio de que si Phoenix aspira a una profunda carrera en los playoffs, evitar posesiones descuidadas y mantener la compostura son innegociables.
Si bien esta derrota duele, es temprano en la temporada. Con 80 juegos restantes, los Suns tienen tiempo para pulir los detalles. Pero si el mensaje de Durant resuena, este juego podría convertirse en una valiosa llamada de atención para un equipo de Suns que aspira a dominar en la Conferencia Oeste.