Las aventuras golfísticas de Donald Trump en Escocia están pintando dos cuadros financieros muy diferentes. Trump International Scotland en Aberdeenshire reportó un aumento en los ingresos pero una profunda pérdida antes de impuestos de $1.83 millones en 2023, casi duplicándose respecto al año anterior. Este es el undécimo año consecutivo de pérdidas para el campo de Balmedie, llevando su déficit total a un considerable $20 millones. En contraste, el resort Turnberry de la familia en South Ayrshire presumió de un dramático salto en las ganancias, aumentando de $250,000 a casi $5 millones en 2023.
A pesar de las crecientes pérdidas en Aberdeen, la familia Trump se mantiene «firmemente comprometida» con su visión, señalando optimismo por un cambio en el «mediano a largo plazo.» El resort, dirigido por Donald Trump Jr. y Eric Trump, está programado para presentar un nuevo campo de golf de 18 hoyos el próximo verano para complementar su campo de campeonato existente, con el objetivo de aumentar los ingresos futuros. Eric Trump y Sarah Malone, vicepresidenta ejecutiva de Trump International Scotland, han supervisado el diseño y desarrollo de esta ambiciosa adición.
En un año donde los costos de energía se dispararon, los directores reconocieron que las inversiones en torneos y marketing impactaron el resultado final, pero anticiparon un fuerte crecimiento en los ingresos en el futuro. Turnberry, por otro lado, disfrutó de un aumento del 35% en los ingresos por golf, y su icónico campo Ailsa hizo titulares con su tarifa de green récord de hasta $1,300 por ronda, estableciendo un referente de precios en el Reino Unido.
Con destinos contrastantes, las operaciones golfísticas escocesas de la familia Trump subrayan tanto desafíos como posibles triunfos en el mercado del golf de lujo. Si Aberdeen puede recuperarse sigue siendo una incógnita, pero para Turnberry, la rentabilidad finalmente ha echado raíces.