En un giro dramático, el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita, con un valor de $930 mil millones, que es la potencia detrás de LIV Golf, está reduciendo sus inversiones internacionales de alto riesgo. El gobernador Yasir Al-Rumayyan lanzó la bomba en la Iniciativa de Inversión Futura de Riad, señalando un cambio importante que verá reducido el alcance global del PIF, un movimiento que promete sacudir tanto el mundo del deporte como el financiero.
Esta corrección estratégica de rumbo, anunciada ante una audiencia repleta de los inversores más influyentes del mundo, tiene implicaciones asombrosas. Al-Rumayyan reveló que el fondo busca reducir su participación en inversiones extranjeras del 30% a solo un 18-20%. “Este es un nuevo capítulo, enfocado en fortalecer la economía nacional”, declaró en una afirmación decisiva al Financial Times.
Para LIV Golf, se avecina una gran disrupción. Con el enfoque del PIF volviendo a casa, la brillante expansión internacional del tour podría enfrentar una pausa contundente. El momento es particularmente revelador ya que LIV está atravesando una reestructuración en su liderazgo, con fuentes sugiriendo que el CEO Greg Norman podría estar fuera para la próxima temporada. Pero esto es solo la punta del iceberg; las recientes interacciones cálidas entre Al-Rumayyan y el Comisionado del PGA Tour, Jay Monahan, en el Campeonato Alfred Dunhill Links han alimentado la especulación sobre una rivalidad en suavización entre el PGA y LIV.
Las implicaciones son claras: este giro podría significar menos acuerdos espectaculares como el que llevó al ícono del golf Jon Rahm a LIV. Con Arabia Saudita dirigiendo su capital hacia ambiciones nacionales, el futuro de las empresas en el extranjero del PIF—y las ambiciones globales de LIV Golf—está en la balanza.