La Ryder Cup 2023 será recordada no solo por la intensa competencia en el campo, sino también por el drama viral en torno al sombrero perdido de Patrick Cantlay. Los rumores se desataron, afirmando que la cabeza descubierta de Cantlay era una protesta silenciosa contra la política de no pago de la Ryder Cup. El cotilleo provocó una locura, incluyendo un altercado en el estacionamiento entre Rory McIlroy y Joe LaCava. Avancemos hasta ahora, y el golfista de 32 años está cambiando esa narrativa, mostrando un lado filantrópico que está haciendo maravillas por su reputación.
La Fundación Patrick Cantlay ha ganado impulso, notablemente a través de la competencia RSM Birdies Fore Love durante la temporada de otoño de la Copa FedEx del PGA Tour. La iniciativa anima a los golfistas a acumular birdies, con el líder semanal de birdies recibiendo un pago para donar a una causa de su elección. “Estoy muy agradecido por el programa RSM Birdies Fore Love”, dijo Cantlay, compartiendo cómo este apoyo irá destinado a programas de golf juvenil y a los primeros respondedores.
La racha benéfica de Cantlay no se detiene ahí. Organiza una serie de eventos juveniles bajo la Toyota Tour Cup llamados The Patrick Cantlay Series, proporcionando a los golfistas juveniles de élite en el sur de California oportunidades competitivas. Además, apoya el Programa de Subvenciones para Golf Juvenil de la Fundación SCPGA, que abre puertas para los jóvenes desfavorecidos a través del golf, demostrando su compromiso de crear oportunidades más allá de su deporte.
Cantlay finalmente abordó la controversia del sombrero, aclarando que se trataba de un simple problema de ajuste en lugar de finanzas. “El tema del dinero no se mencionó en absoluto,” explicó. “Simplemente no me sentía cómodo usando [el sombrero].” Agregó que haría cualquier protesta de manera clara y contundente, con un propósito detrás de ello. Reflexionando sobre la situación, comentó: “Eso es lo que define la Ryder Cup,” señalando cómo su elección de no usar un sombrero fue malinterpretada.
Los esfuerzos filantrópicos de Cantlay, junto con su transparencia, han pintado un nuevo retrato del golfista, muy alejado de las especulaciones de la Ryder Cup. Para los fans y críticos por igual, la dedicación de Cantlay a apoyar a los jóvenes y a los primeros respondedores habla más fuerte que cualquier saga del sombrero podría.