En una prueba innovadora, el avión espía U-2 de la fuerza aérea de EE. UU. transmitió con éxito información de objetivos en tiempo real a los cazas F-22 y F-35, demostrando una nueva era de guerra rápida e integrada. La prueba, realizada como parte del «Proyecto Hydra» de Lockheed Martin, utilizó una carga útil avanzada para vincular el U-2 con cinco F-35, un F-22 y el control terrestre, permitiendo un intercambio de datos casi instantáneo.
Esta innovación podría acortar drásticamente el tiempo entre detectar una amenaza y lanzar un contraataque, reconfigurando la guerra moderna con «velocidad de relevancia». El éxito de esta prueba destaca las crecientes capacidades de las aeronaves militares de EE. UU. para compartir datos sin problemas en entornos de combate de múltiples dominios.