En un mitin en Tempe, Arizona, el expresidente Donald Trump no se anduvo con rodeos, acusando a la vicepresidenta Kamala Harris de convertir a EE. UU. en un “basurero para el mundo” con sus políticas fronterizas. Con las elecciones acercándose, el mensaje de Trump se centró fuertemente en la inmigración, culpando a Harris por lo que él llamó un desmantelamiento deliberado de la seguridad fronteriza que ha resultado en una “invasión de migrantes criminales” de todo el mundo. “Cuando ella llegó, abrió las puertas de par en par,” declaró Trump, “y ahora, Estados Unidos es un vertedero.”
Trump señaló cifras recientes de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE), informando que más de 662,000 extranjeros ilegales criminales han sido liberados en el interior de EE. UU. bajo la administración actual. Entre ellos, 435,719 tenían condenas anteriores, y 226,847 más enfrentan cargos criminales pendientes. Los comentarios de Trump provocaron vítores de la multitud mientras continuaba, “La invasión de migrantes de Kamala la descalifica incluso para pensar en ser presidenta.”
El expresidente también hizo referencia a un informe del Congreso que indica que al menos 99 individuos en la lista de vigilancia de terroristas han ingresado a EE. UU. desde que Harris asumió el cargo. Trump advirtió que las políticas fronterizas de Harris han dejado al país vulnerable, afirmando que más de 10 millones de inmigrantes indocumentados han cruzado a EE. UU. bajo la administración actual. Trump prometió tomar medidas inmediatas, comprometiéndose a poner fin a lo que él llama la “invasión de migrantes” y restaurar “la soberanía de nuestra nación.”
“Si gano el 5 de noviembre, detendremos toda la inmigración ilegal,” declaró Trump, prometiendo restaurar las medidas de seguridad fronteriza que, según él, mantuvieron a los estadounidenses más seguros durante su primer mandato. Más allá de la inmigración, esbozó una serie de promesas de campaña: eliminar impuestos sobre las propinas, revivir la producción de energía estadounidense, defender la libertad de expresión, proteger la Segunda Enmienda y prohibir a los hombres participar en los deportes de mujeres.
Trump también atacó a los medios, llamándolos “el enemigo del pueblo” por lo que describió como un informe sesgado. Criticó a los principales medios de comunicación por supuestamente negarse a mostrar los aspectos destacados de su campaña, afirmando que la prensa oculta intencionalmente momentos positivos de sus mítines.
Arizona, un estado clave, es fundamental en las elecciones de 2024, con la última encuesta de Marist mostrando a Trump con una estrecha ventaja sobre Harris, 50% a 49%. El condado de Maricopa, hogar de Phoenix, se espera que sea un determinante crítico de los 11 votos electorales de Arizona. A medida que la carrera se estrecha, el mensaje contundente de Trump en Arizona señala su intención de movilizar a los votantes en torno a la reforma migratoria y la seguridad nacional, dejando a la multitud con una elección clara: “¿Defenderemos una América segura y soberana, o la dejaremos convertir en un vertedero?”