El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció con confianza el domingo que el reciente ataque de Israel a Irán logró “todos sus objetivos”, asestando un duro golpe a las capacidades de defensa y producción de misiles de Irán. “Hemos golpeado severamente las capacidades de defensa [de Irán]”, dijo Netanyahu, elogiando la precisión y el impacto del ataque. Este poderoso asalto fue una respuesta directa al lanzamiento por parte de Irán de aproximadamente 180 misiles balísticos hacia Israel en el último mes, provocando un intercambio de alto riesgo entre los dos archienemigos.
Los ataques selectivos de Israel han enviado ondas a través de la región, con el Secretario de Defensa de EE. UU. Lloyd Austin instando a la moderación, afirmando que el poderoso contraataque debería “marcar el final de este intercambio.” En una llamada con el Ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, Austin advirtió que Irán “no debería cometer el error de responder,” reforzando el mensaje de que EE. UU. ve este ataque como un posible punto final, no como una invitación a más represalias. Austin, junto al Presidente Joe Biden, enfatizó que el camino a seguir radica en la diplomacia, advirtiendo contra una mayor escalada.
El Presidente Biden hizo eco del sentimiento de Austin, respaldando con cautela la efectividad del ataque mientras pedía calma. “Esperamos que este sea el final,” dijo Biden, elogiando la precisión de las fuerzas israelíes al centrarse únicamente en objetivos militares. Pero con las tensiones a flor de piel, el llamamiento diplomático de Biden parece frágil en medio de crecientes demandas de defensa por ambas partes.
A pesar de la confianza de Israel en el ataque, el líder supremo de Irán, el Ayatolá Ali Khamenei, minimizó el ataque, advirtiendo contra exagerar su impacto. Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán condenó la operación como una “flagrante violación del derecho internacional”, declarando que Irán tiene “derecho y obligación de defenderse”. Sin embargo, en una respuesta calculada, el ministerio matizó su declaración al señalar su “responsabilidad por la paz y la seguridad regional”, señalando la conciencia de Irán sobre los peligros de escalar aún más el conflicto.
A medida que ambas naciones se encuentran en una encrucijada, los líderes mundiales observan ansiosos para ver si la declaración de éxito de Netanyahu marcará un punto de inflexión o simplemente encenderá otro capítulo en el volátil enfrentamiento regional. Con Israel celebrando sus ganancias estratégicas e Irán prometiendo defensa, la frágil paz permanece al borde, lista para inclinarse con la más mínima provocación.