A medida que el huracán Milton avanza hacia la costa del Golfo de Florida, han surgido advertencias inquietantes sobre la seguridad de los edificios altos en St. Petersburg, adyacente a Tampa. Los funcionarios de la ciudad están sonando la alarma sobre tres grúas de construcción imponentes que podrían significar un desastre si sucumben a los feroces vientos de la tormenta, que se proyecta que alcancen una asombrosa velocidad de 140 mph.
Según Fox13, las preocupaciones se centran particularmente en dos grúas situadas en el centro de St. Petersburg y una tercera en el área de Carillon. Aunque estas grúas superaltas están diseñadas para soportar vientos de hasta 100 mph, las ráfagas sin precedentes que se esperan de Milton superan con creces ese umbral. Los expertos advierten que si estas grúas colapsan, no solo podrían derribar las estructuras que están construyendo, sino también desatar el caos en la zona circundante.
Con el tiempo corriendo y la tormenta acercándose rápidamente, los desarrolladores se han encontrado en una carrera contra el reloj. El desmantelamiento de estas grúas es un proceso complejo que normalmente abarca varias semanas, y simplemente no pueden ser retiradas lo suficientemente rápido ante la inminente llegada de Milton. El riesgo de un fallo catastrófico pesa pesadamente sobre la ciudad, dejando a los residentes y a los funcionarios de la ciudad en un estado de ansiedad aumentada.
Las autoridades locales han emitido avisos de seguridad urgentes a quienes viven cerca de las grúas, instándolos a buscar refugio en las habitaciones interiores de sus hogares, lejos de las ventanas. El potencial de lesiones o fatalidades por el colapso de una grúa es una dura realidad que los residentes se ven obligados a enfrentar a medida que se acerca el huracán.
Además de las preocupaciones por las grúas, los funcionarios de la ciudad han restringido las aceras y el estacionamiento en las cercanías, con el objetivo de minimizar el riesgo a medida que se acerca el huracán Milton. A medida que se desata la furia de la tormenta, el destino del horizonte de St. Petersburg pende precariamente de un hilo.
Con las comunidades preparándose para lo peor, una pregunta se cierne en el aire: ¿resistirán las imponentes grúas la furia del huracán Milton, o se convertirán en símbolos de destrucción en una región que ya enfrenta desafíos sin precedentes? Las apuestas son altas, y a medida que se acerca la tormenta, cada segundo cuenta.