Un zumbido de energía nuclear está creciendo en los EE. UU., señalando un posible renacimiento de una fuente de energía que durante mucho tiempo se ha considerado esencial para la prosperidad de América. A medida que se firman contratos y se trazan planes, la energía nuclear podría pronto volver a electrificar la red nacional, alimentando a un país hambriento de desarrollo. Pero en el camino se encuentra una agenda verde liderada por la candidata presidencial demócrata Kamala Harris y el presidente Joe Biden, que impulsa políticas que limitan la producción de energía e inflan los costos.
América tiene una elección clara: un futuro impulsado por la innovación y energía abundante, o las sombrías escaseces energéticas que han llevado a los costosos cortes de energía en California y la masiva salida de ciudadanos. La energía nuclear, una vez temida tras el incidente de Three Mile Island, está regresando. Gigantes de la tecnología como Amazon y Microsoft ya están asegurando acuerdos nucleares, garantizando energía para sus enormes operaciones de IA. Mientras tanto, las políticas de Biden-Harris amenazan con arrastrar a América por un camino de escasez. Si la historia nos dice algo, como se ha visto en Corea del Norte y Cuba, la escasez de energía conduce al declive. Para que América prospere, necesita energía nuclear y un liderazgo dispuesto a aprovecharla.