Los analistas advierten que Vladimir Putin podría estar mirando a Moldavia como su próximo objetivo después de que una votación ajustada acercara a la nación a la membresía de la UE, aumentando la alarma de Rusia. Esta votación ha intensificado las tensiones, con informes de inteligencia surcoreana sobre las supuestas tácticas de Moscú para desestabilizar Moldavia, trazando paralelismos con el preludio de la invasión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Los expertos advierten que Rusia podría aprovechar sus 1,500 tropas en Transnistria, el enclave prorruso de Moldavia, como un punto de apoyo para la intervención, lo que genera temores de un nuevo punto de inflamación en Europa.
El objetivo de largo plazo de Putin, sugieren los analistas, es evitar que Moldavia se aleje de la órbita rusa y cambiar el equilibrio de poder en la región. Con recientes campañas de desinformación y supuestos intentos de comprar votos, las tácticas de «zona gris» de Putin sugieren una estrategia más profunda para reemplazar al gobierno de Moldavia con una administración prorrusa.