Las fuerzas armadas de EE. UU. enfrentan un fallo crítico en seguridad, ya que drones chinos han volado repetidamente sin ser detectados sobre sitios militares sensibles, incluyendo la Base Aérea Langley en Virginia. Informes recientes revelan que se han avistado enjambres de drones sobre la base, lo que genera alarmas sobre un posible espionaje. Se cree que los drones, equipados con cámaras, están recolectando inteligencia para China, que ha intensificado su vigilancia sobre las operaciones militares de EE. UU.
A pesar de las avanzadas capacidades del ejército de EE. UU., sus sistemas de defensa aérea están luchando para detectar drones pequeños y de vuelo bajo, creando vulnerabilidades peligrosas. Los expertos advierten que estas brechas en la defensa podrían ser explotadas en futuros conflictos, donde los drones podrían llevar a cabo más que simples misiones de espionaje. A medida que las tensiones con China aumentan, EE. UU. debe abordar urgentemente esta creciente amenaza antes de que se torne mortal.