A medida que Israel lleva a cabo ataques profundos en territorio iraní con jets proporcionados por EE. UU., la presión sobre el Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer, aumenta para aplicar una lógica similar a la defensa de Ucrania. El experto en seguridad Hamish de Bretton-Gordon argumenta que si Israel puede tomar acciones decisivas contra sus amenazas con tecnología avanzada de EE. UU., entonces el Reino Unido debería empoderar a Ucrania con misiles de largo alcance británicos capaces de atacar bases rusas. Para Ucrania, esto podría marcar un cambio radical en su estrategia de defensa, pasando de medidas reactivas a disuadir proactivamente la agresión rusa.
Desde la invasión, los aliados de Ucrania han estado divididos entre armar al país defensivamente y equiparlo para contraatacar. Mientras que aliados como Polonia y los estados bálticos presionan por un apoyo integral, algunas naciones occidentales temen que los misiles de largo alcance puedan escalar el conflicto, arriesgando una confrontación directa de la OTAN con Rusia. Pero, como demuestran las acciones recientes de Israel, las potencias occidentales pueden desplegar tecnología poderosa para estabilizar a sus aliados sin una escalada inmediata, un enfoque que muchos creen que debería aplicarse a Ucrania.
El llamado de Zelensky por un apoyo mejorado de Europa se hace más fuerte con cada ola de ataques a ciudades ucranianas. Starmer ha expresado solidaridad con Ucrania, pero hasta ahora se ha abstenido de ofrecer capacidades ofensivas. Los críticos argumentan que sin estas herramientas, Ucrania sigue en desventaja, especialmente a medida que Rusia fortifica sus posiciones en las regiones ocupadas. Las capacidades de largo alcance permitirían a Ucrania interrumpir la infraestructura crítica rusa, lo que podría obligar a Moscú a reconsiderar su agresión en curso.
Para Starmer, esta decisión podría redefinir la posición de Gran Bretaña en el escenario mundial. Proporcionar a Ucrania armamento avanzado no se trata solo de ganar una guerra; se trata de reforzar la seguridad colectiva de Europa contra regímenes autoritarios. Suministrar misiles enviaría la señal de que el Reino Unido apoya firmemente a sus aliados y considera la lucha de Ucrania como una parte integral de la defensa de Europa. La respuesta de Starmer a este llamado por un apoyo más fuerte dará forma, en última instancia, a la postura de Gran Bretaña en una nueva era de complejos desafíos geopolíticos.