La última estrategia de campaña de Donald Trump—alcanzar a votantes con baja participación en áreas rurales—ha encontrado un obstáculo tecnológico, ya que el mal servicio de internet está dificultando la app Campaign Sidekick en la que su equipo confía para rastrear a los encuestadores. La app, que necesita una conexión fuerte para sincronizar datos en tiempo real, está teniendo problemas en las áreas donde residen los votantes objetivo de Trump, limitando la visibilidad de la campaña sobre sus esfuerzos de base en estados clave.
Los informantes de la campaña revelan que sin una conexión confiable, es difícil evaluar si están logrando conectar con la base rural en la que están apostando. Estos seguidores de Trump con “baja propensión” a votar, que probablemente lo harían si se les contacta, son clave para el estrecho camino de Trump hacia la victoria en noviembre, dejando al equipo apresurado en busca de una solución que pueda poner su estrategia rural al día.