En un episodio electrizante de su podcast, Joe Rogan se encontró lidiando con las afirmaciones del periodista de investigación Michael Shellenberger de que el ejército de EE. UU. podría poseer “tecnología alienígena de antigravedad.” Shellenberger, quien ha hablado con múltiples informantes, reveló que las fuentes afirman tener “evidencia directa” de un programa secreto del Pentágono dedicado a recuperar y realizar ingeniería inversa de naves espaciales alienígenas—esfuerzos que supuestamente se remontan al accidente de Roswell en 1947. Estos programas, envueltos en secreto durante décadas, tienen como objetivo replicar los avanzados sistemas de propulsión de la tecnología extraterrestre, sugiriendo una realidad mucho más extraña de lo que cualquiera podría imaginar.
Rogan expresó un visible asombro y aprensión ante las revelaciones de Shellenberger, advirtiendo que tal verdad podría desestabilizar a la sociedad. «La sociedad colapsa porque nos enfrentamos a [la] ilusión de que cualquiera de la raza humana está en control,» especuló Rogan, temiendo que la confirmación de tecnología extraterrestre disolvería las estructuras tradicionales de poder. Sus preocupaciones no eran infundadas. Las afirmaciones del denunciante reflejan las aseveraciones hechas por el exfuncionario del Pentágono Luis Elizondo, quien ha informado haber visto imágenes clasificadas de ovnis que exhiben dinámicas de vuelo que desafían la comprensión científica actual, como el ovni «Gimbal», capturado por pilotos de la Marina en 2015. En sus memorias, Elizondo describe la nave como “claramente un dispositivo antigravedad,” señalando su firma de calor, la falta de propulsión visible y las maniobras no aerodinámicas como signos claros de tecnología más allá de las capacidades de la Tierra.
Las fuentes de Shellenberger, que supuestamente poseen “evidencia directa” pero se mantienen cautelosas sobre hacer declaraciones públicas, están pidiendo protecciones más fuertes para los denunciantes. El periodista enfatizó que estos informantes desean hablar abiertamente sin miedo a represalias, especialmente dada la magnitud de la información que poseen. Hizo referencia a un supuesto informe clasificado de 20 páginas, «Constelación Inmaculada», que detalla los esfuerzos de EE. UU. para poner en cuarentena evidencia de OVNIs de alto nivel, incluyendo grabaciones de video, testimonios de testigos y datos de sensores, que supuestamente han estado protegidos de la vista pública y de la supervisión del Congreso desde su creación en 2017.
No es la primera vez que altos funcionarios han levantado alarmas sobre programas ocultos de OVNIs. El exoficial de inteligencia David Grusch testificó ante el Congreso el año pasado, acusando a contratistas militares de ocultar OVNIs recuperados de accidentes e incluso “restos biológicos” no humanos. En un relato escalofriante, Grusch describió una recuperación de OVNI donde los testigos experimentaron distorsión del tiempo, entrando a la nave por minutos solo para salir y descubrir que habían pasado horas. El testimonio de Grusch, junto con los de Elizondo y las fuentes anónimas de Shellenberger, pinta un cuadro de programas clandestinos dedicados a controlar la información sobre fenómenos aéreos no identificados (UAP) sin aprobación legislativa ni transparencia.
Los líderes del Congreso están respondiendo a estas revelaciones, con algunos pidiendo protecciones robustas para denunciantes mandatadas a nivel federal para arrojar luz sobre lo que ven como un encubrimiento sistemático. De hecho, legisladores, incluidos el senador Chuck Schumer, copatrocinaron un proyecto de ley que busca formar una junta de revisión independiente para otorgar inmunidad a testigos clave involucrados en estos programas. «Nos han estafado», dijo el representante Tim Burchett, frustrado por la omisión de divulgaciones significativas sobre OVNIs en la legislación reciente. El enjuague del enmienda de 2024, argumentan, continúa permitiendo que las agencias mantengan estos secretos en la oscuridad.
A medida que los rumores circulan, Rogan y Shellenberger anticipan más testimonios de informantes durante las audiencias del Congreso en noviembre. Shellenberger advirtió que cuanto más tiempo permanezcan ocultos estos secretos, más volátiles podrían volverse las consecuencias si la verdad se desata sin una preparación pública. Rogan, por su parte, sigue siendo tanto fascinado como cauteloso, lidiando con las implicaciones de un mundo donde la tecnología antigravedad es real y la humanidad puede no estar sola.