En un sorprendente desdén por las preocupaciones sobre la interferencia extranjera en las elecciones de EE. UU., el candidato a la vicepresidencia republicano J.D. Vance desestimó las advertencias sobre los últimos intentos de Rusia para socavar el proceso electoral. Hablando con CBS News el 27 de octubre, Vance comentó: “Creo que muchos países van a intentar manipular a nuestros votantes. Van a intentar manipular nuestras elecciones. Eso es lo que hacen”, reflejando una actitud despreocupada hacia una amenaza seria.
La inteligencia de EE. UU. ha indicado que Rusia está empleando tácticas de desinformación para atacar el ticket demócrata de la vicepresidenta Kamala Harris y el gobernador de Minnesota, Tim Walz, antes de la crucial elección presidencial del 5 de noviembre. Notablemente, surgió un video falso que mostraba votos por Trump siendo destruidos, el cual fue difundido por una cuenta anónima conocida por propagar propaganda rusa. Cuando se le presionó sobre esta manipulación, Vance comentó: “Puedo llamar a [Moscú] para que lo dejen, pero esto no es un patio de recreo.”
Los comentarios de Vance llegan en medio de un creciente escrutinio sobre las implicaciones de la interferencia rusa y su posible impacto en la integridad de las elecciones. Funcionarios de EE. UU. confirmaron más tarde la participación del Kremlin en la creación del video engañoso, aumentando las preocupaciones sobre el próximo proceso electoral.
Además, Vance criticó la efectividad de las sanciones impuestas a Rusia, afirmando que han “explosionado como un petardo mojado.” En una entrevista separada, caracterizó al presidente ruso Vladimir Putin como un “competidor” o “adversario” en lugar de un enemigo absoluto, enfatizando que las negociaciones con Moscú son cruciales para resolver la guerra en curso en Ucrania.
Con poco más de una semana antes de las elecciones, los comentarios de Vance señalan un debate más amplio sobre el futuro del apoyo militar estadounidense a Ucrania y la gravedad de la interferencia extranjera en la democracia de EE. UU. A medida que las apuestas aumentan, la pregunta sigue siendo: ¿cómo influirán estas perspectivas en el sentimiento de los votantes y en la posición estratégica de Estados Unidos en el escenario global?