Decenas de personas fueron detenidas después de que estallaran disturbios en Korkino, una ciudad cerca de Chelyabinsk en el sur de Rusia, tras el apuñalamiento fatal de una mujer local que trabajaba como taxista. La indignación se apoderó de la ciudad el 24 de octubre cuando los residentes se reunieron para atacar a miembros de la comunidad romaní, a quienes culparon por la muerte de la mujer.
Según testigos y reportes en canales locales de Telegram, la multitud se concentró en una casa vinculada a la comunidad romaní, arrojando piedras y cócteles Molotov a la propiedad. Cuando llegaron las fuerzas especiales, la multitud se dispersó por la ciudad, incendiando dos casas adicionales y varios coches que creían estaban asociados con familias romaníes. La rápida acción del Ministerio de Emergencias logró contener los incendios, evitando una mayor propagación.
Las tensiones aumentaron cuando se difundió la noticia de que un sospechoso de 17 años había sido detenido, supuestamente relacionado con el asesinato. Los informes sugieren que el sospechoso pudo haber sido pasajero en el taxi de la víctima cuando una discusión llevó a que ella fuera apuñalada múltiples veces. Sin embargo, el Comité de Investigación regional aún no ha confirmado la implicación del sospechoso, avivando aún más el descontento local.
El gobernador regional Aleksei Teksler envió a dos diputados y fuerzas especiales de la Guardia Rusa a Korkino, prometiendo ayuda a la familia de la víctima. Mientras tanto, miembros de la diáspora romaní huyeron a pueblos vecinos, temiendo más violencia a medida que más locales llegaban a la comisaría para exigir acción y apoyar a aquellos ya detenidos.
En la región de Chelyabinsk (Korkino), los residentes locales han incendiado al menos dos casas de gitanos tras el asesinato de un taxista local.
— Sota News (@sotanews) 24 de octubre de 2024
Las fuerzas de seguridad están deteniendo a los manifestantes, y representantes de la comunidad gitana están huyendo a ciudades vecinas. La gente está… pic.twitter.com/2OuUMP8YZQ
A medida que avanza la investigación, la muerte del taxista ha expuesto tensiones sociales profundas en Korkino, dejando a las autoridades luchando por restaurar el orden. La rápida escalada resalta la fragilidad de las relaciones comunitarias en la región, planteando interrogantes sobre si se puede restablecer la justicia—y la calma.