A medida que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky se prepara para presentar su tan esperado «plan de victoria» al presidente Joe Biden, los soldados ucranianos esperan ansiosamente el resultado. En el campo de batalla, las tropas tienen claro lo que quieren: armamento más avanzado y un apoyo inquebrantable para derrotar decisivamente a Rusia. Sin embargo, las preocupaciones están aumentando entre los soldados de que el compromiso de EE. UU. pueda flaquear, con las restricciones políticas que podrían llevar a Washington hacia un acuerdo negociado en lugar de una victoria militar completa. La pregunta persiste: ¿quiere EE. UU. ver a Rusia derrotada o simplemente contenida?
Los soldados ucranianos, luchando día tras día en una guerra agotadora, ven este momento crucial como decisivo. Si bien la administración Biden ha proporcionado miles de millones en ayuda y equipo, persisten las dudas sobre si EE. UU. escalará su apoyo de una manera que pueda cambiar decisivamente el rumbo de la guerra. El plan de Zelensky, que se espera que esboce un robusto empuje militar respaldado por apoyo internacional, necesitará de la potencia de fuego estadounidense y de una determinación inquebrantable. Pero para muchos luchadores ucranianos, las señales de Washington sugieren un enfoque más cauteloso.
Hay un miedo palpable de que consideraciones diplomáticas puedan socavar la búsqueda de Ucrania por una victoria total. Las fuerzas ucranianas han hecho avances significativos, pero argumentan que sin las armas necesarias—especialmente misiles de largo alcance y sistemas avanzados de defensa aérea—lograr una victoria final sobre Rusia sigue fuera de alcance. Los soldados se cuestionan si EE. UU. está dispuesto a ver a Rusia completamente derrotada o si la guerra se dirige hacia un conflicto congelado que no logre la expulsión completa de las fuerzas rusas del territorio ucraniano.
Con Biden preparado para reunirse con Zelensky y revisar el «plan de victoria», la presión está sobre ambos líderes. El resultado de estas discusiones podría moldear el futuro de la guerra y el destino de Ucrania.