En un avance extraordinario que desentraña un misterio de siglos, los científicos han confirmado el lugar de descanso final de Cristóbal Colón, uno de los exploradores más famosos de la historia. Después de casi dos décadas de meticulosas pruebas de ADN, los investigadores han emparejado fragmentos óseos encontrados dentro de la Catedral de Sevilla con el propio Colón. Esta revelación, lograda mediante la comparación de los restos de Colón con los de su hijo Hernando y su hermano Diego, pone fin a los debates de larga data sobre dónde fue enterrado el navegante tras su muerte en 1506.
Desde su fallecimiento, los restos de Colón habían sido trasladados múltiples veces, inicialmente descansando en Valladolid, luego transportados a Sevilla, y más tarde movidos a través del Atlántico a la República Dominicana, donde permanecieron hasta que sus huesos fueron supuestamente repatriados a Sevilla en 1795. A lo largo de los años, las reclamaciones en competencia de España y la República Dominicana provocaron un amplio debate, con ambas naciones afirmando tener los huesos de Colón. Pero no fue hasta 2003 que a los científicos se les otorgó finalmente permiso para abrir la tumba de Colón en Sevilla para pruebas de ADN, dando inicio a una investigación de 20 años.
Dirigiendo el equipo de investigación, el científico forense Miguel Lorente y el historiador Marcial Castro trabajaron meticulosamente con nuevas tecnologías de secuenciación de ADN, comparando fragmentos de Sevilla con los restos de los miembros de la familia de Colón. Lorente confirmó el jueves que los avances en el análisis genético permitieron al equipo identificar positivamente los restos de Colón, poniendo fin a la especulación de que podría seguir enterrado en la República Dominicana. “Hoy, con nuevas tecnologías, hemos podido verificar con absoluta certeza que estos restos en la Catedral de Sevilla pertenecen a Cristóbal Colón”, compartió Lorente en un comunicado.
Mientras que el sitio de enterramiento de Colón ha sido objeto de intenso interés, sus orígenes también han alimentado la curiosidad histórica y el debate. Los relatos tradicionales citan su lugar de nacimiento como Génova, Italia, sin embargo, a lo largo de los años han surgido teorías sugiriendo que podría haber nacido en lugares tan variados como España, Polonia, o incluso Escocia. Este último avance en el ADN abre la puerta a un análisis genético más profundo que podría resolver de manera definitiva las preguntas sobre su nacionalidad. Los hallazgos sobre la herencia de Colón se revelarán en un próximo documental, Columbus DNA: The True Origin, que se emitirá en la cadena nacional de España, TVE.
Este anuncio llega mientras los Estados Unidos se preparan para observar el Día de Colón, celebrado el segundo lunes de octubre para conmemorar su viaje de 1492 a través del Atlántico. Su legado sigue siendo tanto celebrado como controvertido, dado las consecuencias de la colonización europea, que los historiadores vinculan a una serie de dificultades y sufrimientos para las poblaciones indígenas a través de las Américas.
El viaje emblemático de Colón comenzó el 3 de agosto de 1492, cuando zarpó de Palos, España, con tres barcos: la Niña, la Pinta y la Santa María, en busca de una ruta hacia Asia por el oeste. En cambio, se topó famosamente con las islas del Caribe el 12 de octubre de 1492, un evento que cambiaría el curso de la historia. Sin embargo, los viajes posteriores también llevaron a Colón a esclavizar a pueblos indígenas y desencadenar una serie de acciones que devastaron a las poblaciones nativas. Este aspecto más oscuro del legado de Colón ha alimentado debates en curso e inspirado a algunas ciudades y estados a celebrar el Día de los Pueblos Indígenas en lugar del Día de Colón.
En estudios recientes que examinan ADN antiguo de restos en América del Sur, los científicos encontraron evidencia de treponematosis, una enfermedad de la misma familia bacteriana que la sífilis, entre los pueblos indígenas miles de años antes de la llegada de Colón. Este descubrimiento añade matices a la creencia que antes se sostenía ampliamente de que Colón y sus hombres pudieron haber introducido la sífilis en las Américas.
Con la identificación de los restos de Colón confirmada, historiadores, arqueólogos y genetistas están listos para aprovechar esta evidencia de ADN para una exploración más profunda. Como señaló Lorente, “Este descubrimiento no solo confirma dónde fue enterrado Colón, sino que también abre la posibilidad de rastrear su herencia, desentrañando más de los misterios que rodean a una de las figuras más enigmáticas de la historia.”