Las tensiones internacionales están en aumento a medida que varios importantes aliados de EE. UU., incluidos el Reino Unido, Canadá, Francia y Alemania, expresan su profunda preocupación por una propuesta de ley israelí destinada a prohibir que la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA) opere dentro de sus fronteras. La legislación propuesta, que cortaría el contacto de Israel con la UNRWA y despojaría a la agencia de protecciones diplomáticas, ha provocado un llamado urgente de naciones de todo el mundo. Estos países argumentan que la ley corre el riesgo de agravar una crisis humanitaria ya grave para los refugiados palestinos en Gaza, Cisjordania y áreas circundantes, lo que podría llevar a una devastadora falta de servicios en una región cada vez más inestable.
En una declaración conjunta emitida por los ministros de relaciones exteriores de Canadá, Australia, Francia, Alemania, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido, los líderes enfatizaron que “la UNRWA proporciona ayuda humanitaria esencial y que salva vidas, así como servicios básicos” que sostienen a millones de palestinos, particularmente a aquellos en Gaza, Jerusalén Este y Cisjordania. La declaración, que subraya la importancia de la ayuda ininterrumpida, destacó que la atención médica, la educación y la distribución de combustible—el núcleo de la misión de la UNRWA—son críticas para la supervivencia de estas comunidades. Si el proyecto de ley se aprueba, estos servicios podrían reducirse drásticamente o incluso detenerse, empujando a una población ya estresada al borde.
La UNRWA ha desempeñado históricamente un papel único en la atención de las necesidades de los refugiados palestinos desde su fundación en 1949. Con presencia en todo Oriente Medio, la UNRWA brinda apoyo a casi seis millones de refugiados palestinos registrados, muchos de los cuales dependen de la agencia no solo para la ayuda de emergencia, sino también para servicios sostenidos y a largo plazo como atención médica y educación. La agencia es única entre los organismos de la ONU, ya que es la única organización con un mandato dedicado exclusivamente a un grupo específico de refugiados. La comunidad internacional argumenta que sin la UNRWA habría una grave falta de apoyo, dejando a los refugiados palestinos—muchos de los cuales viven en áreas densamente pobladas como Gaza—sin siquiera las redes de seguridad más básicas.
Sin embargo, Israel ha criticado durante mucho tiempo el papel de la UNRWA, afirmando que la agencia perpetúa el estatus de refugiado palestino y complica las perspectivas de paz. Los líderes israelíes argumentan que la operación continua de la agencia sostiene lo que describen como una demanda poco realista del “derecho de retorno” para los refugiados palestinos desplazados desde el conflicto árabe-israelí de 1948. Israel sostiene que la presencia de la UNRWA afianza un enfoque insostenible para el reasentamiento de refugiados y obstaculiza los esfuerzos para resolver el conflicto. Con esta legislación propuesta, Israel está presionando para poner fin a lo que considera una agencia innecesaria que cree fomenta la tensión regional continua.
Sin embargo, los defensores de los derechos humanos y el liderazgo palestino argumentan que desmantelar la UNRWA privaría a las comunidades vulnerables de ayuda y apoyo críticos, empeorando una situación humanitaria ya catastrófica. En Gaza, donde el bloqueo y los conflictos frecuentes han llevado a la mayoría de los residentes a una dependencia extrema de la ayuda externa, los servicios de la UNRWA son considerados indispensables. Los organismos internacionales, incluido el propio ONU, advierten que privar a los refugiados de necesidades básicas como atención médica, alimentos y educación sería un abandono de los principios humanitarios.
La legislación propuesta, que se espera que sea votada pronto en la Knesset de Israel, ha subrayado una profunda división dentro de la comunidad internacional sobre la mejor manera de abordar la crisis de los refugiados palestinos. Las naciones que han expresado oposición al plan de Israel están instando a Israel a honrar sus obligaciones humanitarias, argumentando que permitir que la UNRWA opere libremente es crucial para estabilizar la región y apoyar a una población civil que ha soportado durante mucho tiempo los impactos de un conflicto prolongado.
Mientras los cuerpos legislativos de Israel debaten esta propuesta, los ojos del mundo permanecen fijos en la Knesset, con países desde Japón hasta el Reino Unido esperando su decisión. Si se aprueba la prohibición, las consecuencias podrían resonar en todo el Medio Oriente, intensificando las crisis humanitarias y profundizando las divisiones entre Israel y la comunidad global.