A medida que cae la oscuridad sobre Bucha, un formidable escuadrón conocido como las Brujas de Bucha se adentra en los campos, decidido a defender los cielos de Ucrania contra los implacables ataques de drones rusos. Esta unidad de defensa aérea voluntaria compuesta únicamente por mujeres, que combina una feroz determinación con ametralladoras de la era soviética, obsoletas pero probadas en batalla, está protegiendo su patria mientras las fuerzas masculinas son llamadas a las líneas del frente. Para estas mujeres—maestras, doctoras, incluso manicuristas durante el día—la lucha contra los drones por la noche es su forma de enfrentar la impotencia, un sentimiento que muchas han llevado desde la brutal ocupación de Bucha.
La unidad, que incluye a una veterinaria llamada Valentyna (indicativo Valkyria) y a la profesora de matemáticas Inna (indicativo Cereza), nació de la necesidad de defender Bucha con pura voluntad y recursos limitados. Armadas con ametralladoras que datan de la década de 1930, las Brujas operan en condiciones extremas, escuchando atentamente el más mínimo zumbido de un dron, listas para derribar las últimas armas de guerra de Rusia. Su motivación es profunda: muchas llevan cicatrices de la ocupación de Bucha, cuando los soldados rusos iban de puerta en puerta, cometiendo atrocidades. Para una mujer, aprender a manejar un rifle borró un sentimiento de impotencia que nunca quiso experimentar de nuevo.
Bajo el mando del coronel Andriy Verlaty, quien inicialmente dudaba de que las mujeres pudieran tener éxito en roles militares, la unidad ha demostrado que las mujeres ucranianas son tan firmes como sus contrapartes masculinas. Se someten a un entrenamiento riguroso en campos y edificios abandonados, aprendiendo tácticas de combate para acelerar la victoria de Ucrania. Y a pesar de los sombríos recuerdos que llevan, la risa y la unidad de las Brujas revelan un espíritu resistente.
“No nos sentaremos como víctimas otra vez y tendremos tanto miedo,” dice un miembro, reflejando el coraje inquebrantable que los impulsa a defender su tierra—un dron a la vez.