La creciente frustración del presidente Joe Biden por su destitución de la boleta de 2024 está causando, según informes, una gran fricción con la vicepresidenta Kamala Harris, quien ha tomado protagonismo como la nueva nominada presidencial demócrata. Biden, quien enfrentó una creciente presión para renunciar tras un difícil debate con Donald Trump, finalmente cedió su campaña en julio, apoyando a regañadientes a Harris como su sucesora. Sin embargo, según fuentes cercanas, la transición no ha sido fluida y el equipo de Biden aún no ha superado la situación.
Las relaciones entre el personal de Biden y el equipo de Harris se han vuelto tensas, con casi una docena de fuentes revelando fricciones y egos heridos en la Casa Blanca. Un aliado de Harris describió al equipo de Biden como “demasiado emotivo”, aferrándose al resentimiento mientras la campaña de Harris cobra impulso. Recientemente, Biden hizo una aparición inesperada en la sala de prensa de la Casa Blanca, un movimiento que eclipsó el evento de campaña programado de Harris en Michigan, lo que generó especulaciones de que el equipo de Biden puede no estar completamente alineado con su impulso hacia la presidencia.
El expresidente Trump fue rápido en capitalizar el espectáculo, afirmando que Biden «no puede soportar» a Harris porque “ella lo derrocó”, aunque aclaró que fue el Partido Demócrata, no Harris en sí, quien inició el cambio. Trump, en una entrevista con Maria Bartiromo de Fox, lo calificó de “golpe” y señaló que Biden ahora se ve más favorable en comparación, sugiriendo que la ruptura podría influir en las estrategias republicanas.
También hay afirmaciones de que el equipo de Harris está luchando por asegurar el apoyo crítico de campaña del personal de la Casa Blanca, que supuestamente no está priorizando la alineación con su mensaje. “La Casa Blanca carece de alguien en la sala que piense primero y ante todo en cómo las cosas afectarían a la campaña”, comentó un miembro de la campaña de Harris. Mientras tanto, Harris se ha encontrado aún más aislada tras su crítica pública al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por ignorar sus llamadas sobre la ayuda por el huracán—un golpe que Biden contrarrestó con elogios por la cooperación de DeSantis, presentando un contraste marcado que solo ha añadido a las dificultades de la campaña.
Para Biden, la salida forzada de su propia campaña sigue siendo un tema delicado. Después de resistir inicialmente la presión de su partido, Biden finalmente se retiró, apoyando a Harris en un tuit el 21 de julio. Sin embargo, a pesar de las declaraciones oficiales de unidad, los informantes sugieren que el resentimiento de Biden puede persistir, proyectando una sombra sobre el camino de Harris hacia la Casa Blanca. A medida que las tensiones aumentan, una pregunta se cierne: ¿pueden los demócratas superar las divisiones internas para presentar un frente unido en 2024?