Max Verstappen, miembro del equipo Red Bull Racing, expresó su desaprobación por los comentarios realizados por el CEO de McLaren Formula 1, Zak Brown. Brown sugirió que la salida de Adrian Newey, un renombrado diseñador en Red Bull, podría llevar a un éxodo masivo de miembros del equipo. Los informes indican que los comentarios de Brown llevaron a un aumento en las solicitudes de empleo de afiliados de Red Bull hacia McLaren. Toto Wolff, Director del Equipo de Mercedes, avivó aún más la controversia al apoyar la declaración de Brown y mencionar que Red Bull ya ha contratado a 220 personas de Mercedes. Verstappen cree que los comentarios de Brown son un intento de desestabilizar a los actuales Campeones del Mundo. Afirmó que tales declaraciones no tienen impacto en el equipo y que personalmente no les presta mucha atención.
Verstappen también insinuó que otros miembros senior del equipo Red Bull tienen contratos a largo plazo, a pesar de la inminente salida de Newey. Sin embargo, reconoció que la estabilidad del equipo depende de la felicidad y satisfacción de sus individuos. Verstappen enfatizó que los acuerdos nunca pueden garantizar certeza en la vida y que aspectos humanos, como sentirse apreciado dentro del equipo, juegan un papel significativo.
Aunque ha habido rumores que vinculan a Verstappen con un posible traslado a Mercedes, reiteró su intención de quedarse en Red Bull. Oliver Mintzlaff, CEO de Red Bull, criticó a Wolff por perseguir públicamente a Verstappen y sugirió que debería centrarse en resolver problemas dentro del equipo Mercedes.