Max Verstappen, el piloto holandés que representa a Red Bull Racing, expresó su preocupación por la durabilidad de sus neumáticos duros durante su triunfante actuación en el Gran Premio de Emilia Romagna en Imola, Italia. Verstappen describió su experiencia al volante como conducir sobre hielo. A pesar de esto, mantuvo el control de la carrera, distanciándose de Lando Norris y los otros líderes que también estaban usando el compuesto duro. Sin embargo, a medida que la carrera se acercaba a su fin, Norris comenzó a cerrar rápidamente la brecha entre ellos. Al final, Verstappen logró mantener a raya a Norris por solo siete décimas de segundo. Verstappen expresó dudas sobre su capacidad para terminar la carrera con sus neumáticos desgastados después de solo 10 vueltas, ya que habían perdido agarre y estaban haciendo que su coche patinara de manera impredecible. Incluso recordó un susto en la Curva 7, donde casi choca contra la tribuna. A pesar de las condiciones desafiantes, Verstappen se esforzó al máximo, utilizando el agarre restante que tenía para asegurar la victoria. Norris, por otro lado, se sintió decepcionado de no tener una vuelta más para potencialmente adelantar a Verstappen y reclamar la victoria. Verstappen reconoció el fuerte desempeño de Norris y admitió estar preocupado por los avances de su rival. Sin embargo, confió en su experiencia y mantuvo la calma, evitando cualquier error que pudiera costarle la carrera. Verstappen enfatizó la importancia de mantenerse dentro de sus límites, incluso a medida que su agarre se deterioraba. Reconoció que forzar el coche más allá de sus capacidades solo conduciría a más problemas de equilibrio. En cambio, Verstappen se centró en conducir suavemente y aprovechar la velocidad en línea recta de su coche, ayudado por la configuración del ala trasera. Esta estrategia, al final, le permitió defender su posición y asegurar una victoria arduamente ganada.