Gunther Steiner, nunca uno que se contenga, ha criticado la posible disculpa de la FIA a Max Verstappen, argumentando que tal movimiento expondría la falta de liderazgo y claridad de la organización en sus reglas. La controversia en torno al lenguaje de los pilotos a través de los radios de equipo ha encendido un intenso debate desde el Gran Premio de Singapur, con el presidente de la FIA incluso presionando por regulaciones más estrictas sobre este comportamiento.
La saga comenzó cuando Verstappen, conocido por su enfoque sin filtros, usó lenguaje explícito para describir el rendimiento de su coche durante una conferencia de prensa. La explosión no pasó desapercibida; la FIA le impuso una sanción que incluía trabajo comunitario. ¿La respuesta de Verstappen? Silencio total durante sus próximas conferencias de prensa, un claro mensaje de desafío.
La controversia dividió a la comunidad de la F1. Mientras algunos defendieron la explosión de Verstappen como parte del entorno de alta presión del deporte, otros respaldaron la penalización, argumentando a favor de una imagen más disciplinada. A medida que los pilotos se dirigen a Austin para una reunión con la FIA, la tensión permanece: ¿se mantendrán firmes los comisarios, o cederán ante la presión y suavizarán su postura?
Steiner, el exdirector del equipo Haas, fue contundente en su evaluación, insistiendo en que ya es demasiado tarde para que la FIA retroceda ahora. «Si se disculpan, es una señal de que no hay dirección,» afirmó enfáticamente. Steiner sugirió que, en lugar de retractarse de la penalización, los comisarios deberían sentarse con Verstappen para encontrar un terreno común. “Respeto mucho a Max,” añadió Steiner, reconociendo la naturaleza ardiente del piloto neerlandés, pero insinuando que podría estar abierto a una resolución sensata.
No se detuvo ahí. Steiner criticó el enfoque excesivo en el incidente de las malas palabras, afirmando que los medios y el público lo han exagerado. “Hemos empeorado la situación más que la propia grosería,” comentó, criticando la locura mediática en curso que ha convertido un simple desliz verbal en un escándalo. “¿Crees que los niños escuchan esos rumores? No son las malas palabras las que causan daño; es el drama que las rodea.”
Steiner advirtió que esta controversia, ahora descontrolada más allá del incidente inicial, está dañando la imagen de la Fórmula 1 y socavando el legado que ha construido. “¿Qué hemos creado? Estamos alargando esto, y está mostrando el deporte bajo una mala luz,” argumentó. En la opinión de Steiner, el deporte corre el riesgo de empañar su reputación por lo que debería haber sido un problema menor, destacando un debate en curso sobre si los intentos de la FIA de controlar el comportamiento de los pilotos están haciendo más daño que bien.