Richard Petty, un piloto de carreras altamente exitoso en la historia del automovilismo, compartió recientemente su aprecio por el Dodge Charger que condujo desde 1973 hasta 1978. Petty, con 200 victorias en la Copa y siete campeonatos, tuvo una dominación sin precedentes en el deporte. A lo largo de su carrera que abarcó más de tres décadas, compitió con varias generaciones de autos de carrera de NASCAR. Sin embargo, Petty enfatizó particularmente la excelencia del Dodge Charger durante su tiempo.
Petty destacó que el Dodge Charger que condujo de 1973 a 1978 fue el auto más impresionante que jamás había experimentado. Notablemente, este auto fue construido antes de que las pruebas en túneles de viento se convirtieran en una práctica estándar en el deporte. Durante esta era, Petty ganó dos campeonatos y terminó segundo en dos ocasiones. Ganó impresionantes 36 carreras y consistentemente se destacó entre los cinco primeros finalistas cada semana. Sin embargo, debido al mal rendimiento del auto, Petty hizo un cambio a Chevy a mitad de semana, poniendo fin a su icónica asociación.
Petty también mencionó que el Dodge Charger era un vehículo altamente sensible, que pasaba fácilmente de una dirección pesada a una dirección suelta. Su versatilidad en todo tipo de pistas lo convertía en un placer de conducir para todos los involucrados. Sin duda, Petty valoraba el auto ya que contribuyó a algunos de sus mejores años en el campeonato. Los Dodge resultaron ser altamente productivos para él y se adaptaron a su estilo de conducción. Si Petty hubiera ganado el campeonato en 1976 y 1977, donde terminó segundo, podría haber sido el más grande de todos los tiempos en NASCAR.