En preparación para el primer Misano E-Prix, ocurrió un incidente significativo durante una sesión de práctica que debería servir como un serio recordatorio de seguridad para la Fórmula E. El piloto de Jaguar, Nick Cassidy, se vio obligado a salir a la hierba para evitar una colisión con Sam Bird, lo que resultó en que Cassidy perdiera el control de su coche y chocara contra la pared. La diferencia de velocidad entre Cassidy y Bird se estimó en alrededor de 100 mph. Las simulaciones de clasificación son cruciales en la Fórmula E, al igual que en otros campeonatos importantes. Los pilotos necesitan una vuelta clara y suficiente espacio para asegurar una vuelta exitosa. La responsabilidad recae en los equipos de ingeniería para comunicarse efectivamente con los pilotos, ya que tienen visibilidad limitada en la pista. Se utilizan datos de GPS para monitorear los coches y garantizar la seguridad. El incidente de Cassidy podría atribuirse a la falta de información sobre su estrategia de vuelta. Implementar un tiempo máximo en el sector final podría potencialmente prevenir incidentes similares en el futuro. Aunque esta sugerencia puede no ser bien recibida por todos los pilotos y equipos, se ha explorado en fórmulas inferiores. La velocidad de Bird en la línea de carrera fue considerada inapropiada, y recibió una reprimenda por sus acciones. Se expresaron preocupaciones sobre las sanciones inconsistentes por obstrucción en sesiones de clasificación anteriores. El director del equipo Jaguar, James Barclay, reconoció la complejidad de gestionar el tráfico en la pista y sugirió mejorar la comunicación y la etiqueta de los pilotos. Situaciones similares a Misano pueden surgir en otros circuitos, como Mónaco, Berlín, Shanghái, Portland y el circuito ExCeL en Londres. La Fórmula E enfrenta desafíos para lidiar con estos problemas debido a las vueltas más cortas y el tiempo limitado en la pista. El accidente de Cassidy sirve como una advertencia que no debería ser ignorada por quienes están a cargo.
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