Max Verstappen se enfrenta a los comisarios de Fórmula 1 en el Gran Premio de Singapur después de ser convocado por su elección de palabras durante la conferencia de prensa de los pilotos del jueves. El campeón mundial defensor supuestamente violó el Artículo 12.2.1.k del código deportivo internacional, que cubre «cualquier mala conducta», tras una respuesta cargada de expletivos sobre sus dificultades durante el fin de semana en Bakú.
El Estallido de Verstappen: ‘El Coche Estaba Fed’ Desata Controversia**
El lenguaje explícito de Verstappen surgió mientras discutía sus problemas en Azerbaiyán, donde declaró sin rodeos: «Así que tan pronto como entré en la clasificación, supe que el coche estaba f**ed.» El estallido provocó una disculpa inmediata del anfitrión Tom Clarkson, pero el daño ya estaba hecho. El incidente probablemente desencadenó la convocatoria de Verstappen, marcando otro punto de conflicto en la lucha continua de la F1 con el lenguaje y la conducta pública.
Ironía en Juego: Verstappen Critica los Límites de Lenguaje de la FIA Mientras los Rompe
Irónicamente, los comentarios acalorados de Verstappen surgieron durante una diatriba más amplia criticando el reciente impulso del presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, para limitar el lenguaje ofensivo en las transmisiones de F1. Verstappen argumentó que los insultos son inevitables, especialmente en deportes de alta adrenalina, y que gran parte de la controversia podría evitarse simplemente no transmitiendo dicho lenguaje.
“Hoy en día se transmiten muchas cosas donde en otros deportes no corres con un micrófono pegado a ti,” dijo Verstappen, defendiendo su franqueza. “Mucha gente dice muchas cosas malas cuando están llenos de adrenalina en otros deportes, simplemente no se captan.”
‘¿Qué somos? ¿Niños de cinco años?’ La opinión sin filtros de Verstappen sobre la censura
Verstappen no mostró remordimientos por su elección de palabras, sugiriendo que restringir el lenguaje no cambiará nada en el mundo real. “Probablemente tengas que limitarlo o tener un poco de retraso para poder censurar algunas cosas,” sugirió Verstappen. “Eso ayudará mucho más que imponer prohibiciones a los pilotos porque, por ejemplo, ni siquiera podría decir la palabra F. No es tan grave, ¿verdad?”
Verstappen desestimó aún más la idea de que dicho lenguaje sea perjudicial para los aficionados más jóvenes, argumentando que los niños inevitablemente se encontrarán con malas palabras en sus vidas, ya sea a través de amigos o del mundo en general. “Incluso si un niño de cinco o seis años está mirando, de todos modos terminarán diciendo malas palabras,” argumentó. “Cuando crezcan, caminarán con sus amigos y estarán maldiciendo.”
La firme postura de la FIA: Cero tolerancia al lenguaje inapropiado
La FIA ha sido consistente en su postura contra el lenguaje grosero, especialmente de figuras de alto perfil en el deporte que son vistas como modelos a seguir. El año pasado, Toto Wolff de Mercedes y Fred Vasseur de Ferrari recibieron advertencias por un lenguaje similar durante una acalorada conferencia de prensa en el GP de Las Vegas. La extensa declaración de la FIA enfatizó que dicho lenguaje no será tolerado en el futuro, especialmente en foros oficiales.
“La FIA considera que el lenguaje de este tipo es inaceptable, particularmente cuando es utilizado por participantes en el deporte que tienen un alto perfil público,” afirmaron los comisarios, destacando la influencia que estas figuras tienen sobre los seguidores más jóvenes del deporte.
Verstappen vs. FIA: Un Choque de Culturas y Censura
La desafiante actitud de Verstappen y la postura rígida de la FIA están configurando un choque que refleja un debate más amplio en el deporte sobre el lenguaje, la censura y las responsabilidades de las figuras públicas. A medida que Verstappen se prepara para enfrentarse a los comisarios, el incidente plantea preguntas sobre dónde debería trazarse la línea entre la expresión honesta y el decoro profesional en el mundo de alta presión de la Fórmula 1.
Con Verstappen hablando sin disculpas y la FIA ansiosa por mantener estándares, este enfrentamiento podría marcar el tono de cómo la F1 maneja los problemas de lenguaje en el futuro. ¿Protegerá el poder estelar de Verstappen de un castigo, o la FIA hará un ejemplo del campeón que habla sin tapujos? El veredicto podría tener implicaciones de gran alcance para la relación en evolución del deporte con sus pilotos y aficionados.