Las tensiones están altas en la fábrica de Renault en Viry-Châtillon, ya que el 80% de la fuerza laboral se fue a la huelga el viernes, protestando por posibles cambios que podrían significar el fin de su programa de motores de Fórmula 1 interno. La huelga, que tuvo lugar de 9 a.m. a 3 p.m., vio a 100 empleados incluso hacer el viaje a Monza, donde se llevará a cabo el Gran Premio de Italia, para mostrar públicamente su descontento.
La planta de Viry, hogar del único tren motriz francés en F1, alimenta al equipo Alpine, propiedad de Renault. Pero a medida que circulan rumores sobre el posible cambio de Renault a motores Mercedes a partir de 2026, el futuro del motor fabricado en Francia parece cada vez más incierto. El Consejo Social y Económico, que representa a los trabajadores, ha acusado a la dirección de Renault de conspirar para abandonar el programa de motores de Viry en favor de una medida de reducción de costos que implicaría comprar motores Mercedes, un movimiento que reduciría los costos de 120 millones de dólares a apenas 17 millones de dólares.
Con brazaletes negros y camisetas blancas adornadas con el logo de Alpine y el hashtag #ViryOnTrack, los empleados en huelga hicieron sentir su presencia en Monza. Desde las gradas, desplegaron pancartas en apoyo a su causa, esperando captar la atención de los altos mandos de Renault, especialmente del CEO Luca de Meo, e influir en la inminente decisión sobre la estrategia de motores para 2026.
«Queremos que Luca de Meo nos escuche y reconsidere el plan para el motor de 2026,» dijo un portavoz del grupo. Los empleados fueron firmes en que su protesta no tenía la intención de interrumpir el rendimiento del equipo en la pista, enfatizando su orgullo por la presencia del coche Alpine en F1 y su deseo de no socavarlo.
La llegada de los empleados a Italia no fue sin incidentes, ya que la policía italiana realizó controles a su llegada antes de finalmente ayudarlos a encontrar las gradas apropiadas para llevar a cabo su demostración.
La huelga se produce tras una declaración del Consejo Social y Económico la semana pasada, que alegaba la intención de Renault de detener todas las actividades en la planta de Viry. Con una decisión esperada para el 30 de septiembre, el futuro de la unidad de potencia de Alpine está en la cuerda floja, con los trabajadores temiendo que su arduo trabajo y dedicación a la excelencia de la ingeniería francesa puedan ser desechados.
Aunque Renault aún no ha comentado oficialmente sobre estos informes, el jefe de Mercedes F1, Toto Wolff, ha insinuado que una decisión de Alpine es inminente. La especulación añade otra capa de incertidumbre para un equipo que ya ha luchado con un motor de bajo rendimiento y una serie de cambios de liderazgo, dejándolos en el octavo lugar de diez en la clasificación actual de F1.
A medida que el reloj avanza hacia el final del mes, todas las miradas están puestas en Renault y si se mantendrán con sus motores fabricados en Francia o optarán por una solución más rentable, pero potencialmente controvertida, con Mercedes.