Monza, el icónico «Templo de la Velocidad,» ha experimentado cambios significativos antes del Gran Premio de Italia de este año, lo que ha generado una ola de críticas por parte de los pilotos que creen que las alteraciones han despojado al circuito de su carácter único. Entre los más vocales estuvo Daniel Ricciardo, quien no ocultó su decepción por los nuevos bordillos y el trabajo de reasfaltado realizado en toda la pista.
Ricciardo, quien siempre ha sido conocido por su amor a los circuitos tradicionales y llenos de carácter, expresó su descontento por los cambios realizados sin consultar a los pilotos. Argumentó que estos ajustes, particularmente en curvas clave como la chicana Ascari, han hecho que el circuito sea demasiado fácil, lo que podría disminuir el desafío y la emoción que alguna vez ofreció.
“No puedo decir que esté muy impresionado porque creo que algunos elementos han perdido parte del carácter del circuito,” declaró Ricciardo. Lamentó el aplanamiento de los bordillos y la eliminación de características que obligaban a los pilotos a navegar cuidadosamente por la pista, haciendo que cada vuelta fuera un desafío único. “Los bordillos y cosas así… hacen que un circuito sea único,” añadió, enfatizando que los nuevos bordillos más suaves han despojado a Monza de parte de su histórica sensación ‘a la antigua’.
Los cambios, que incluyen una nueva sección de pista y perfiles de bordillos revisados, han suscitado preocupaciones de que Monza está perdiendo las características que la hicieron favorita entre pilotos y aficionados por igual. Ricciardo destacó la importancia de preservar el carácter de estos circuitos clásicos, argumentando que los pilotos deberían tener voz en estos cambios para mantener el patrimonio del deporte.
George Russell, una figura clave en la Asociación de Pilotos de Gran Premio, hizo eco de las preocupaciones de Ricciardo, cuestionando el proceso de toma de decisiones detrás de los cambios. “Es algo de lo que hemos hablado varias veces en el pasado; los pilotos a menudo son los últimos en enterarse cuando hay cambios en los bordes”, dijo, expresando frustración porque las perspectivas de los pilotos son frecuentemente pasadas por alto en tales decisiones.
A pesar de la ola de críticas, no todos los pilotos estaban listos para condenar los cambios de inmediato. Lewis Hamilton y Charles Leclerc adoptaron un enfoque más cauteloso, optando por reservar su juicio hasta después de experimentar el nuevo trazado en las sesiones de práctica del viernes. Hamilton señaló que, aunque los cambios son significativos, podrían, en última instancia, mejorar la experiencia de carrera. “Quizás entremos y sea lo mejor y los mejores cambios de todos los tiempos”, sugirió Hamilton, reconociendo la posibilidad de que las actualizaciones puedan traer beneficios inesperados.
Leclerc, por otro lado, reconoció la necesidad de mantenimiento de la pista, pero compartió un sentimiento que refleja las preocupaciones de sus compañeros. Enfatizó la importancia de preservar los elementos históricos de circuitos como Monza, incluso cuando se requieren actualizaciones por razones de seguridad y rendimiento.
A medida que los equipos y pilotos de F1 se preparan para salir a la pista para el Gran Premio de Italia, el debate sobre el nuevo diseño de Monza continúa en ebullición. Si bien el verdadero impacto de estos cambios aún está por verse, las fuertes reacciones de algunas de las figuras más respetadas del deporte sugieren que la futura identidad de este icónico circuito podría estar en una encrucijada. ¿Mantendrá Monza su estatus legendario, o marcarán estos cambios el comienzo de una nueva era menos desafiante para el GP de Italia? La respuesta podría desarrollarse en los próximos días a medida que los coches más rápidos del mundo enfrenten la pista recién modificada.