El día en Cerdeña fue emocionante y brutal. Sebastian Ogier, quien estaba liderando la noche anterior, decidió tener solo una llanta de repuesto. Esta estrategia le salió mal rápidamente cuando tuvo un lento pinchazo en la primera etapa del sábado. Ogier tuvo que gestionar cuidadosamente sus llantas en las duras etapas antes de llegar a la zona de cambio de llantas a la hora del almuerzo.
En esta etapa crucial, Ott Tanak condujo su Hyundai i20N al tiempo más rápido, tomando la delantera general por solo 0.1 segundos. Thierry Neuville, el líder del campeonato, subió al tercer lugar desde el quinto, aunque estaba 35 segundos detrás del líder. Sin embargo, estaba por delante de Elfyn Evans, quien tuvo dificultades y terminó en sexto lugar.
A pesar de su contratiempo, Ogier ganó la siguiente etapa y recuperó la delantera por 2.2 segundos. Fue cauteloso en la etapa siguiente, considerando su situación de llantas, y terminó segundo detrás de Tanak. Tanak recuperó la delantera por 2.2 segundos.
Una vez que Ogier tuvo nuevas llantas Pirelli, dominó la competencia. Ganó tres de las cuatro etapas de la tarde, asegurando una cómoda (más o menos) ventaja de 17.1 segundos para la corta final del domingo. Hyundai instruyó a Tanak que redujera la velocidad tras la salida de Neuville, lo que favoreció aún más la ventaja de Ogier.
La octava etapa vio a Neuville chocar y retirarse del rally. Takamoto Katsuta también se vio obligado a retirarse en la novena etapa debido a problemas de transmisión. Dani Sordo ocupó el tercer lugar, mientras que Evans subió al cuarto. Evans tuvo la oportunidad de aprovechar la mala suerte de Neuville, necesitando reducir una diferencia de 30.5 segundos para alcanzar a Sordo.
En la categoría WRC2, Sami Pajari amplió su ventaja a casi un minuto. Sin embargo, Rossel hizo una impresionante recuperación, subiendo del 15º al segundo lugar en la general. Ganó casi 1 minuto y 20 segundos sobre Pajari y ganó todas las etapas.
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