La carrera de Nashville fue testigo de un acontecimiento notable, ya que el giro de Austin Cindric desató una reacción en cadena de eventos. Cindric, junto a Dale Earnhardt Jr., participó en el Ally 400 el fin de semana pasado. En un final de infarto, Cindric emergió victorioso, asegurando una victoria por un mero segundo. Sin embargo, este triunfo no estuvo exento de controversia, ya que Earnhardt Jr. responsabilizó a Cindric por el caos que siguió en la pista.
El circuito de 1.33 millas de Nashville siempre ha sido un favorito entre los pilotos. Se ha convertido en un evento habitual en el calendario de NASCAR, conocido por su emocionante valor de entretenimiento. La carrera de este año no fue la excepción, ya que los fanáticos presenciaron asombrosos cinco reinicios en tiempo extra. Estos reinicios enfatizaron la importancia de la conservación de combustible en lugar de llevar al límite la velocidad. Notablemente, Cindric logró completar más de 100 vueltas en su última tanda de combustible.
La caótica conclusión de la carrera podría haberse evitado, como explicó Earnhardt Jr. El veterano de NASCAR atribuyó el caos al giro de Cindric, que ocurrió justo dos vueltas antes de la conclusión de la carrera. Earnhardt Jr. comparó humorísticamente el giro de Cindric con un repartidor que lanza descuidadamente un paquete sobre un porche, causando que se dañe después de todo el esfuerzo puesto en su entrega.
Earnhardt Jr. ha sido un defensor vocal de los cambios en NASCAR y la gestión de pistas. Un tema particular que ha planteado es la sustitución de pistas de asfalto por pistas de concreto. Tradicionalmente, pistas como Dover, Bristol y Nashville eran superficies de asfalto. Sin embargo, debido a los altos costos de mantenimiento y el desgaste constante, estas pistas fueron convertidas a concreto. Si bien las carreras en pistas de concreto han sido entretenidas, Earnhardt Jr. argumenta que restringen a los pilotos de llevar sus límites al máximo.
A pesar de la insatisfacción de Earnhardt Jr. con las pistas de concreto, sigue siendo incierto si NASCAR volverá a las superficies de asfalto. Por lo tanto, los conductores tendrán que soportar las desventajas de competir en concreto en un futuro previsible.