El mercado de pilotos de motorsport es una compleja red de factores de atracción y repulsión, donde el atractivo de una nueva oportunidad debe superar los dolores de crecimiento de permanecer en el mismo lugar. El rumor sobre el posible traslado de Adrien Fourmaux a Hyundai para 2025 ha generado una intensa especulación, y con buena razón. El francés, actualmente vinculado a M-Sport, podría estar considerando un cambio a medida que las luchas de su equipo actual se hacen cada vez más evidentes.
Fourmaux no ha sido tímido acerca de sus frustraciones con M-Sport, y los eventos recientes en Chile han puesto de relieve la dura batalla que enfrenta. El Ford Puma pudo haber mostrado promesas al comienzo de la era Rally1—Sebastien Loeb demostró su capacidad con una victoria histórica—pero las limitaciones presupuestarias de M-Sport se han convertido en un problema evidente. Competir contra gigantes como Toyota y Hyundai, que pueden implementar mejoras a un ritmo vertiginoso, ha sido un desafío para el equipo británico, un hecho que se vuelve más evidente a medida que avanza la temporada.
Hace tres meses en el Rally de Letonia, Fourmaux fue el primero en admitir que el Puma estaba quedándose corto. “Sabemos que nos falta un poco con el coche,” confesó. El programa de desarrollo del equipo lo ha mantenido activamente involucrado, pero los resultados han sido inconsistentes. “Creo que necesitamos desarrollar un poco más el motor. El resto me da bastante confianza.” Pero la pregunta que persiste es si M-Sport puede permitirse las actualizaciones necesarias.
M-Sport se beneficia del apoyo técnico de Ford Performance en los EE. UU., lo que significa que Fourmaux a menudo se encuentra viajando a Concord, Carolina del Norte, para pruebas en simulador. Este enfoque está destinado a reducir costos al disminuir la necesidad de pruebas extensas en el mundo real, pero viene a expensas de la conveniencia y la consistencia. “Es mucho trabajo intentar cosas en un coche real y ganamos tiempo”, explicó Fourmaux, aunque señaló la tensión del viaje frecuente.
Chile fue un ejemplo claro de la situación de M-Sport. A pesar de asegurar dos victorias en tramos y mostrar destellos de potencial en el podio, la campaña de Fourmaux se descarriló por un problema mecánico: una correa del alternador suelta que le costó un minuto crucial. El ritmo del coche era innegable, pero el francés fue vocal sobre sus frustraciones: las mejoras que se habían probado ni siquiera llegaron al rally. “Podríamos haberlo tenido aquí. Así que eso es bastante frustrante”, se desahogó.
Cuando se le presionó sobre la razón del retraso, la respuesta de Fourmaux fue contundente: dinero. “Siempre es la misma razón”, afirmó. La presión financiera claramente está pasando factura, e incluso el fundador de M-Sport, Malcolm Wilson, admitió en Finlandia: “No podemos continuar como hemos estado”. La capacidad del equipo para competir al más alto nivel del Campeonato Mundial de Rally está en riesgo, y Fourmaux lo sabe.
La pregunta ahora es si Fourmaux soportará otra temporada con M-Sport o si la oferta rumorada de Hyundai será demasiado tentadora para resistir. La posible salida del francés podría estar impulsada por la necesidad de escapar de un equipo que lucha por mantenerse competitivo. Sin embargo, los lazos y la lealtad construidos a lo largo de los años aún pueden tener peso. Si se queda, sería una decisión tomada a pesar de estos desafíos. Pero si se va, las dificultades financieras y las oportunidades perdidas en M-Sport podrían ser el empujón final que lo lleve hacia un nuevo capítulo.