El exjefe del equipo Alpine F1, Otmar Szafnauer, ha criticado duramente a la gestión de la escudería francesa, revelando las caóticas luchas de poder detrás de escena que llevaron a su abrupta salida y a la pérdida de la estrella en ascenso Oscar Piastri. Hablando con franqueza en el High Performance Podcast, Szafnauer no se contuvo, destapando la disfuncionalidad que plagó su tiempo en el equipo.
Szafnauer, quien fue nombrado en febrero de 2022, fue despedido durante el fin de semana del Gran Premio de Bélgica 2023, mientras las actuaciones de Alpine continuaban fallando. El fallout de la fallida saga del contrato de Oscar Piastri, donde el talentoso piloto fue arrebatado por McLaren, fue otro golpe que finalmente llevó a su destitución. El equipo culpó a una diferencia de visión, pero Szafnauer insiste en que eso era solo la superficie de un problema más profundo.
“Hubo algunas cosas que salieron mal en Alpine,” confesó Szafnauer. “Uno de los principales problemas fue la falta de control. Recursos Humanos, finanzas, comunicaciones, marketing—ninguno de estos departamentos reportaba a mí. Todas estas áreas cruciales eran controladas desde Francia. Antes de aceptar el trabajo, me dijeron que todo estaría bajo mi mando, pero cuando llegué, era una historia completamente diferente.”
Szafnauer describió la estructura interna como una pesadilla, explicando cómo se dio cuenta rápidamente de que la realidad a la que estaba entrando no era lo que se le había prometido. “Pensé que podría manejarlo, pero pronto supe que era problemático,” admitió.
La saga de Piastri, que vio al joven talento partir hacia McLaren debido a un manejo incorrecto del contrato, fue un punto de inflexión para los problemas de Szafnauer. La Junta de Reconocimiento de Contratos de la FIA (CRB) falló en contra de Alpine, un fallo que Szafnauer insiste en que no tuvo nada que ver con su liderazgo. “Empecé en marzo, y el error del contrato ocurrió antes de mi llegada. Los documentos nunca se presentaron correctamente, y el contrato nunca se firmó. Estaba fuera de mi control,” enfatizó.
Para sorpresa de Szafnauer, se convirtió en la cara pública del fiasco. “Pusieron mi foto en el comunicado de prensa a pesar de que no tenía nada que ver con eso,” afirmó. “Fue un intento de desviar la culpa. El equipo de comunicaciones—que ni siquiera me reportaba—usó mi imagen. Cuando confronté a la persona responsable, alguien con quien había trabajado en Force India, ella admitió que le habían ordenado hacerlo.”
Señaló este incidente como evidencia de un problema más amplio dentro de Alpine: “Había personas que no tenían en mente los mejores intereses del equipo. Estaban más interesados en proteger su propia base de poder que en enfocarse en el rendimiento. No estaban trabajando conmigo, estaban trabajando en mi contra.”
Szafnauer comparó la atmósfera tóxica en Alpine con sus primeros días en Ford. “Había un viejo dicho que decía que Ford Motor Company no fabricaba coches; fabricaba carreras. A la gente le importaba más su propio avance que el éxito de la empresa,” explicó. “En F1, no se supone que sea así, pero cuando traes a individuos del mundo corporativo que no priorizan el rendimiento, obtienes el tipo de disfunción que experimenté en Alpine.”
Él sugirió que, con la influencia de Renault sobre las operaciones de F1 de Alpine, el enfoque se había desviado del éxito en la pista. “Tienes personas del Grupo Renault a cargo que no se preocupan por las carreras; les importa sus carreras profesionales. Y es entonces cuando se toman malas decisiones,” concluyó Szafnauer.
Con tales revelaciones explosivas, está claro que los conflictos internos de Alpine son más profundos que el incidente de Piastri. A medida que el equipo experimenta más cambios de liderazgo y con la participación de Flavio Briatore, el futuro de la aventura de Alpine en F1 sigue siendo incierto.