En un giro sorprendente, 23XI Racing, co-propiedad de Denny Hamlin, ha presentado una demanda antimonopolio contra NASCAR, citando prácticas injustas dentro del sistema de cartas. La repentina acción legal ha enviado ondas de choque a través de la comunidad del automovilismo, con la postura agresiva de Hamlin y su equipo planteando preguntas sobre las operaciones de NASCAR.
La demanda, que también cuenta con el apoyo de Front Row Motorsports (FRM), destaca las frustraciones sobre los plazos ajustados y las condiciones rígidas en los acuerdos de cartas de NASCAR. Aunque los equipos inicialmente parecían satisfechos con el sistema de cartas, Hamlin reveló que el empujón final para firmar el documento sin tiempo adecuado para revisarlo fue el catalizador de la acción legal de 23XI Racing.
Hamlin, un piloto de Joe Gibbs Racing (JGR) y la fuerza impulsora detrás de 23XI Racing, admitió que no estaba preparado para las complejidades de gestionar un equipo cuando ingresó por primera vez al lado de la propiedad del deporte. Sin embargo, ahora afirma haber descubierto prácticas monopolísticas dentro del sistema de cartas de NASCAR. El hombre de 43 años expresó su frustración, afirmando que la insistencia de NASCAR en presionar el contrato sin permitir espacio para la negociación había cruzado una línea.
“Recibimos este documento, y el abogado tuvo menos de 24 horas para revisarlo antes de que se esperaba que firmáramos. NASCAR incluyó una cláusula que decía que si firmábamos, renunciábamos a todos nuestros derechos a demandarlos por cualquier violación antimonopolio. Básicamente intentaron despojarnos de nuestros derechos,” afirmó Hamlin.
Decidido a desafiar las tácticas de NASCAR, Hamlin y el copropietario Michael Jordan reclutaron la experiencia de un abogado de alto perfil en antimonopolio para liderar su caso. Con FRM uniéndose a su causa, el resultado de la demanda federal podría impactar significativamente el futuro de ambos equipos, así como el panorama general del deporte.
Las acciones recientes de Hamlin van más allá de la sala del tribunal. Expresó más críticas hacia NASCAR después del catastrófico accidente en Talladega, que involucró a 28 de los 40 coches en la carrera. El incidente, uno de los mayores accidentes del siglo XXI, llevó a la confusión y frustración ya que NASCAR dobló sus propias reglas de la Política de Vehículos Dañados (DVP), permitiendo que varios coches se reincorporaran a la carrera a pesar de haber sido inicialmente descartados.
El piloto de Toyota estaba indignado por la inconsistencia de NASCAR, pidiendo equidad y transparencia. “El problema es que no puedes cambiar las reglas en medio de los playoffs,” declaró Hamlin. “Las temporadas de otras personas han sido determinadas por esta regla. No puedes simplemente cambiar tu mentalidad a mitad de camino.”
A pesar de las batallas fuera de la pista, el rendimiento de Hamlin en la pista sigue siendo crucial. Con un resultado afortunado en Talladega, parece estar listo para avanzar a la Ronda de 8 en los playoffs. Si recupera el impulso en las próximas carreras, podría surgir como un formidable contendiente por el campeonato, enfrentándose a los likes de Kyle Larson y Christopher Bell.
La decisión del tribunal sobre la demanda antimonopolio no solo decidirá los destinos de 23XI Racing y FRM, sino que también podría sentar un precedente que podría reformar las prácticas comerciales y el entorno competitivo de NASCAR durante los próximos años.