¡Absolutamente! Ver a Jorge Martín y Jack Miller convertir el pit lane en un escenario para un concurso de stoppies es emocionante y entretenido. Sus travesuras juguetonas capturan la esencia del mundo del motociclismo, donde la intensa competencia se encuentra con la genuina camaradería. Son momentos como estos, donde los rivales se convierten en artistas para el público, los que revelan las personalidades y el espíritu desenfadado detrás del visor. Su rivalidad juguetona nos recuerda que las carreras no solo se tratan de velocidad y precisión, sino también de la alegría compartida y el respeto entre los competidores.