Yamaha está decidida a volver a ganar en MotoGP, y parte de ese esfuerzo implica abrirse más a ingenieros europeos. Un ejemplo de esto es la contratación de Max Bartolini de Ducati a principios de este año, quien ahora se desempeña como director técnico.
El trabajo que se está realizando se centra no solo en la moto en sí, sino también en la estructura y mentalidad del equipo. Yamaha está tratando de sacudirse su conservadurismo tradicional, que a menudo ralentiza los procesos, con el objetivo de combinar lo mejor de la cultura de Ducati con las fortalezas del fabricante basado en Iwata.
Cuando se le preguntó cuándo podría Yamaha volver a las victorias, Bartolini reconoció a MotoSprint que este objetivo aún podría estar a unos años de distancia, posiblemente alrededor de tres años:
– Si tenemos suerte y hacemos las cosas bien, tomará dos o tres años. Para finales de 2025, podríamos estar más cerca, y en 2026, podríamos ser competitivos, pero todo tiene que salir bien. En las carreras, las cosas también pueden cambiar rápidamente, tal vez para mejor, porque estamos trabajando en un amplio espectro de cosas.
Bartolini también recordó que, incluso con las concesiones, los contratiempos son posibles: ‘Este año, tenemos concesiones y realizamos cuatro pruebas adicionales, pero llovió durante dos de ellas, así que en total, solo tuvimos alrededor de un día y medio de pruebas reales. Tenemos más cosas para probar de las que realmente hemos podido probar. Esto te hace darte cuenta de que se necesita tiempo’.