Después de un déficit de 47 segundos y un esfuerzo físico, Iannone reflexiona sobre su primera carrera de MotoGP desde 2019
El tan esperado regreso de Andrea Iannone a MotoGP después de cuatro años de ausencia puso a prueba tanto su habilidad como su resistencia, con el italiano terminando en 17º lugar en el Gran Premio de Malasia, a 47 segundos del ganador. En una carrera marcada por la agotamiento físico, Iannone admitió que su condición física había sido un desafío mucho mayor de lo que había anticipado, ya que las máquinas de MotoGP de hoy resultaron ser significativamente más exigentes que las que manejó por última vez en 2019.
“Físicamente, estoy acabado”, confesó Iannone después de la carrera. “Mis brazos, mis hombros—todo. No pude mantener el ritmo.” Aunque su experiencia en WorldSBK le proporcionó una base sólida, la transición de vuelta a las motos de Gran Premio lo dejó luchando con la fuerza de frenado necesaria para competir en la parte delantera. “El mayor problema son los brazos al frenar. No puedo aplicar el 100% de fuerza, así que pierdo todo en la entrada,” explicó.
A medida que la fatiga se instalaba, Iannone se dio cuenta de que estaba limitado no por su moto, sino por su cuerpo. “El límite soy yo, no la moto,” admitió. “Cuando estoy fresco, puedo sentir el potencial de la moto. Pero a medida que avanzaba la carrera, ya no podía empujar hasta ese límite.”
A pesar de los desafíos, Iannone encontró un rayo de esperanza, señalando su mejora en comparación con los tiempos de Álvaro Bautista del año anterior y logrando su objetivo principal: terminar la carrera sin errores. “Aprendí que soy más rápido que Bautista el año pasado,” bromeó. “Y logré mi objetivo—sin errores, terminé al 100%.”
Con una ronda restante en la temporada 2024 en Barcelona, la pregunta sigue siendo si Iannone regresará para otra aparición como sustituto. Por ahora, sin embargo, se está enfocando en su recuperación. “Si me quieren, lo consideraré, pero en este momento, no tengo la energía para pensar en Barcelona,” dijo, esperando cualquier llamada de la dirección de Ducati.
Para Iannone, Malasia fue más que una carrera—fue una prueba de resistencia y determinación mientras navega su camino de regreso a MotoGP, listo para esforzarse más si surge la oportunidad.