El fabricante de automóviles alemán, Volkswagen, ha reconocido por primera vez en sus 87 años de historia la posibilidad de cerrar fábricas en Alemania como parte de un plan de reducción de costos para abordar una “situación extremadamente tensa”, con el objetivo de ahorrar diez mil millones de euros para 2026.
La decisión de VW podría afectar potencialmente a una unidad de producción de vehículos y a una fábrica de componentes en Alemania, según el consejo de trabajadores de la empresa.
“El entorno económico ha empeorado, y nuevos competidores están entrando en Europa. Alemania está perdiendo competitividad. Como empresa, tenemos que actuar,” declaró el CEO de Volkswagen, Oliver Blume, en una declaración citada por “Bloomberg.”
Si se confirma la medida de cerrar fábricas en Alemania, VW corre el riesgo de enfrentar una intensa oposición por parte de los sindicatos industriales.
Vale la pena señalar que parte de las dificultades que enfrenta actualmente el sector automotriz se centra en la transición hacia la movilidad eléctrica y la creciente presión de los fabricantes de vehículos eléctricos chinos, que tienen costos más bajos y márgenes de beneficio más altos que sus contrapartes europeas y norteamericanas.
Además, la reciente caída en las ventas globales de vehículos eléctricos también está ejerciendo presión sobre el sector automotriz.