En un escándalo que ha estado circulando durante años, el Príncipe William enfrenta críticas por su amor por volar en un helicóptero real, a menudo acompañado por su esposa, la Princesa de Gales, y sus tres hijos. Esta cuestión continua no ha pasado desapercibida, y el Príncipe William sigue siendo reprendido por sus acciones.
El renombrado biógrafo real Robert Jobson está a punto de publicar un nuevo libro el 6 de agosto, centrado en la Princesa de Gales, Catherine. Aunque el libro profundiza principalmente en la vida de Catherine, también arroja luz sobre la creciente división entre padre e hijo debido al protocolo real.
El último punto de contención es el uso frecuente por parte del Príncipe William de un helicóptero Sikorsky S-76s de 15 años para viajar entre el Palacio de Kensington y su residencia en Anmer Hall en Norfolk, a solo 115 millas (185 km) de distancia. Similar a su predecesora, la Reina Isabel, el Rey Carlos desaprueba los vuelos regulares en helicóptero del Príncipe William, especialmente cuando toda su familia está a bordo.
Las discusiones entre los dos royals se intensificaron a principios de este año, particularmente después del diagnóstico de cáncer del Rey. Desafortunadamente, no se llegó a una solución mutuamente beneficiosa, ya que ambas partes se negaron a comprometerse. En última instancia, el Rey insistió en que el Príncipe William firmara un documento formal reconociendo los riesgos asociados con su comportamiento y asumiendo la responsabilidad por ello.
Contrario a la creencia popular, esta disputa no se trata del presupuesto de viajes personales del Príncipe o de su huella de carbono. En cambio, gira en torno a la cuestión crítica de la seguridad, ya que cualquier accidente podría tener un impacto significativo en la línea de sucesión.
Para ser claros, no es prudente colocar a todos los futuros herederos en una sola canasta. Esto es precisamente lo que el Príncipe William, el próximo en la línea de sucesión al trono, está haciendo al volar con frecuencia con sus herederos directos, el Príncipe George, la Princesa Charlotte y el Príncipe Louis. Los informes incluso sugieren que la Reina misma contempló prohibir al Príncipe William volar con tanta frecuencia, especialmente con su familia o como piloto.
En medio del drama, el Rey Carlos tiene la intención de modernizar la monarquía reemplazando el viejo Sikorsky por un par de AgustaWestland AW139. Estos helicópteros funcionan con combustible de aviación sostenible (SAF) y se espera que estén en servicio a principios de 2025.