Lo que comenzó como una tesis estudiantil se ha convertido ahora en un contrato de investigación financiado por el gobierno. Los estudiantes de la NPS (Escuela de Postgrado Naval de EE. UU.) fueron los pioneros en estudiar los beneficios potenciales y la viabilidad del avión Airlander para la defensa. Este proyecto de investigación, en colaboración con el Departamento de Defensa (DoD) y HAV, ha entrado ya en su segundo año.
El primer año del proyecto se centró en el Airlander 10 y sus posibles aplicaciones en el apoyo logístico marítimo. Ahora, en su segundo año, el proyecto cambiará su atención al Airlander 50, que tiene una capacidad de carga útil ampliada de 50 toneladas. El objetivo es escalar el sistema de propulsión eléctrica para acomodar esta carga más grande. Esto implica explorar la electrificación completa de una aeronave grande e incorporar tecnología de celdas de combustible para mejorar su alcance.
El objetivo principal de este proyecto, al igual que muchos otros, es explorar alternativas de bajas emisiones y rentables para las operaciones militares de EE. UU. El Airlander se destaca por su combinación única de propulsión de bajas emisiones y capacidades de carga pesada. Además, su versatilidad le permite aterrizar de manera segura en diversos terrenos, incluso sin infraestructura dedicada.
En 2023, HAV colaboró con BAE Systems para explorar aplicaciones potenciales de defensa para el Airlander 10. El enfoque se amplió más allá de la logística para incluir operaciones de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) y la recuperación de sistemas aéreos no tripulados (UAS).
La aeronave Airlander configurada para uso militar tiene la capacidad de transportar enormes cargas útiles a través de vastas distancias de 3,000 millas náuticas (3,700 km). Su tamaño y volumen pueden acomodar una compleja variedad de sistemas a bordo, que van desde computación y comunicación hasta instrumentos ISR especializados.
Lo que distingue a los aviones de HAV es su combinación única de impresionante capacidad de carga, autonomía, sostenibilidad y flexibilidad en la infraestructura. El Airlander 10 está diseñado para permanecer en el aire hasta cinco días, operar desde diversas superficies planas (incluyendo el agua) y reducir el consumo de combustible.
Estas cualidades notables también se extienden a la versión de cero emisiones que actualmente se está explorando en el proyecto de investigación DoD-HAV, aprovechando los beneficios de la propulsión eléctrica o de hidrógeno-eléctrica.
Mientras tanto, HAV está trabajando diligentemente para llevar el Airlander al mercado. La compañía recientemente estableció una línea de producción oficial en South Yorkshire, capaz de producir hasta 12 aviones Airlander anualmente. Además, su principal cliente civil, Air Nostrum, ha duplicado su pedido inicial este año, validando aún más el prometedor futuro del Airlander.