Ford de Europa, una vez una fuerza dominante con modelos queridos como el Mondeo y el Fiesta, ahora está lidiando con las consecuencias de un cambio drástico en su estrategia. Al pivotar de coches populares a un enfoque en crossovers y vehículos eléctricos (EVs), el fabricante ha enfrentado pérdidas significativas, una disminución en su cuota de mercado y el anuncio de 4,000 despidos—un asombroso 14% de su fuerza laboral europea—para 2027.
Este error estratégico ha enviado ondas de choque a través de sus operaciones en Alemania y el Reino Unido, con Ford reconociendo una dura realidad: su negocio de vehículos de pasajeros en Europa está luchando por mantenerse a flote.
«La Estrella Caída de Ford en Europa»
La decisión de Ford de eliminar pilares como el Fiesta y el Focus, que eran favoritos de los clientes, ha dejado un vacío enorme en su cartera. Este movimiento, combinado con la incapacidad de la empresa para captar una demanda suficiente de EVs, ha resultado en una caída de ventas del 17.9%—casi tres veces la disminución general del mercado de 6.1%.
Mientras los competidores se adaptan al paisaje en evolución de Europa, el apresurado abandono de Ford de sus ofertas principales parece haberlo dejado expuesto. Sin vehículos que resuenen con los compradores, particularmente coches de gasolina y diésel asequibles que siguen siendo populares, la cuota de mercado de Ford se ha erosionado drásticamente.
Culpando a Factores Externos
En su comunicado de prensa, Ford señaló desafíos externos: estrictas regulaciones de emisiones, incertidumbre regulatoria y la disminución de incentivos para vehículos eléctricos. El CFO John Lawler también criticó la falta de apoyo gubernamental para la electrificación, particularmente en Alemania.
“Lo que nos falta en Europa y Alemania es una agenda política clara e inconfundible para avanzar en la e-movilidad,” escribió Lawler, citando la insuficiente inversión pública en infraestructura de carga, incentivos limitados para consumidores y estrictos objetivos de cumplimiento de CO2.
Si bien estos problemas son indudablemente factores, las luchas de Ford destacan en comparación con el mercado en general, lo que plantea preguntas sobre si los problemas de la empresa son en gran medida autoinfligidos.
Estrategia de Vehículos Eléctricos Queda Corta
Ford ha apostado gran parte de su futuro en modelos eléctricos como el Capri y el Explorer, ambos construidos sobre la plataforma MEB de Volkswagen. Sin embargo, ya ha reducido sus objetivos de producción para estos vehículos, señalando una demanda tibia. La compañía espera que la próxima versión eléctrica del crossover Puma pueda salvar su fortuna en Europa, pero persiste el escepticismo.
“Ford está apostando por los SUV y los vehículos eléctricos, pero a medida que los europeos continúan comprando coches pequeños de gasolina y diésel, el cambio se siente desconectado de las realidades del mercado,” dicen los analistas.
El rápido aumento de las importaciones de vehículos eléctricos chinos solo ha complicado el desafío, proporcionando alternativas rentables en un segmento donde Ford está luchando por competir.
Errores Legados de Ford
Gran parte del dolor de Ford se puede atribuir a su decisión de finalizar la producción de sus modelos más queridos. El Fiesta, un símbolo de excelencia asequible, fue retirado a pesar de su duradera popularidad. Ahora, a medida que los compradores se inclinan hacia opciones económicas y familiares, Ford se queda sin los anclajes que una vez mantuvieron sus ventas estables.
“La decisión de abandonar modelos como el Fiesta y el Focus ha dañado la reputación de Ford como una marca de referencia para coches fiables y asequibles,” observó un insider de la industria. “Ahora, la marca está luchando por encontrar su lugar en un mercado que una vez dominó.”
¿Un Camino Desolador por Delante?
Las dificultades de Ford en Europa sirven como una historia de advertencia sobre la sobreestimación de la preparación del mercado para los vehículos eléctricos (EVs) y la subestimación del valor de los coches asequibles y queridos. A medida que la compañía recorta empleos y objetivos de producción, el camino a seguir parece incierto.
El Puma eléctrico puede ofrecer algo de esperanza, pero a menos que Ford ajuste su estrategia para alinearse mejor con las preferencias europeas, su apuesta por los EVs y los crossover puede no ser suficiente para revertir su suerte. Con el mercado europeo ajustándose y las preferencias de los consumidores inclinándose fuertemente hacia coches pequeños y eficientes, Ford debe enfrentar la realidad de que muchos de sus problemas son autoinfligidos.
El óvalo azul enfrenta una tarea desalentadora: reinventarse de una manera que recupere la lealtad de los conductores europeos—o arriesgarse a quedarse atrás en un mercado que una vez dominó.