En un giro de eventos bizarro, la herramienta destinada a guiar a los conductores a sus destinos – la aplicación Waze – se volvió en contra de un narcotraficante, exponiendo una tendencia preocupante en la forma en que los criminales explotan la tecnología moderna para eludir a las fuerzas del orden.
Eleftherios Kentoglou, un narcotraficante de 25 años que opera en Aylesbury, se encontró acorralado por la policía después de usar la aplicación Waze para navegar hacia sus clientes. Sin que él lo supiera, Waze almacena direcciones recientes, una característica que finalmente condujo a su caída. La aplicación, ampliamente utilizada por conductores comunes por sus actualizaciones de tráfico en tiempo real y asistencia de navegación, también ofrece una función de colaboración que permite a los usuarios marcar controles de velocidad y puntos de control de la policía, una función que las autoridades advierten que está siendo cada vez más explotada por criminales.
Kentoglou fue avistado por oficiales en un Toyota estacionado en un lote público. Después de notar un comportamiento sospechoso, la policía se acercó al vehículo y realizó una búsqueda. Pero antes de que pudieran comenzar, el narcotraficante se rindió bajo presión, dirigiendo a los oficiales hacia 10 bolsas de sustancias ilícitas escondidas en la puerta del conductor del automóvil.
Sin embargo, lo más impactante llegó cuando la policía examinó el dispositivo móvil de Kentoglou, que aún tenía Waze en funcionamiento. El historial de la aplicación reveló viajes recientes a varias direcciones, todas conocidas por la policía como residencias de usuarios de drogas. La abogada defensora de Kentoglou, Iwona Boesche, argumentó que el narcotraficante no estaba utilizando personalmente Waze para navegar sus rutas de drogas, sino que estaba siguiendo órdenes de sus superiores, quienes dependían de la aplicación para trazar sus destinos. No obstante, la dependencia de Kentoglou de Waze resultó ser su perdición, y fue condenado a 25 meses de prisión, con una posible deportación a la vista tras su liberación.
El caso subraya las crecientes preocupaciones de las fuerzas del orden sobre cómo los criminales están utilizando aplicaciones de navegación como Waze para evitar patrullas policiales. Las autoridades en varios países, incluyendo Francia, han tomado medidas para restringir dichas aplicaciones de mostrar las ubicaciones de los controles policiales, temiendo que no solo faciliten el exceso de velocidad, sino que también proporcionen una herramienta para que los criminales evadan la justicia. En Francia, por ejemplo, Waze ya no muestra ubicaciones específicas de trampas policiales, sino que señala «zonas de peligro» donde se advierte a los conductores que ejerciten precaución, un esfuerzo por mantener a raya a los infractores.
Este incidente destaca el lado oscuro de la tecnología moderna. Mientras que aplicaciones como Waze ofrecen una inmensa conveniencia, también pueden convertirse en herramientas para propósitos nefastos – una historia de advertencia sobre cómo los mismos dispositivos diseñados para ayudarnos a navegar la vida pueden, a veces, llevarnos a problemas más profundos.